Una, dos, tres, cuatro y... cinco, llevo cinco. |
Sergio LLull sellaba ayer con dos tiros libres el
pase del Real Madrid a la final de la presente edición de la Liga Endesa. Es la
quinta vez, de manera consecutiva, que los blancos acceden al último escalón de
la lucha por el título. Cinco veces consecutivas con un denominador común:
Pablo Laso.
Baste recordar que antes de la llegada del vitoriano
el conjunto blanco había estado nada menos que cuatro años sin jugar una final
(eliminados en cuartos de final por Unicaja Málaga en 2008, los tres años
siguientes caerían en semifinales, siendo sus verdugos Baskonia por dos veces,
y Bilbao en el último curso de la etapa Messina/Molin) Echando aún más atrás la
vista, vemos que en los diez años anteriores a la llegada de Laso, el Real
Madrid sólo logró acceder a dos finales. Hay otro dato todavía más revelador de
la importancia de la quinta final consecutiva de los blancos: es la primera vez
en la historia que lo consiguen. Ni siquiera aquellas maravillosas escuadras
que en su día manejaron Pedro Ferrandiz o Lolo Sainz lograron tal nivel de
fiabilidad.
Y es que desde que el vitoriano está en el banquillo
madridista, de 21 títulos y competiciones posibles, los blancos han llegado a
16 finales. 16 veces en las que han llegado hasta el último partido de la
competición en curso. Tan sólo en la Supercopa y Euroliga de las temporadas
2011-12 y 2015-16, y en la Copa del Rey de 2012-13, los de Laso no fueron
capaces de seguir vivos hasta el último minuto de tales torneos. No es
exagerado afirmar que Pablo Laso ha convertido al Real Madrid en el equipo más
fiable y competitivo de nuestro baloncesto, y posiblemente de todo el
continente, con una regularidad a la hora de luchar por los títulos que no
aguanta la comparación con ningún otro equipo (excepción hecha quizás del
Olympiakos de Spanoulis, equipo con un gen competitivo a la altura del Real
Madrid actual)
Y no ha sido fácil llegar a una nueva final para los
blancos, que reeditaban las semifinales de la pasada temporada ante Baloncesto
Valencia. No han sido unas series tan espectaculares como las del año pasado
(aquel increíble tercer partido resuelto con triple de Llull), quizás algo más
broncas, pero el Real Madrid confirma el buen momento con el que ha llegado a
este final de temporada, siendo muy superior en los dos partidos del Palacio, e
incluso pudiendo resolver en el tercero en el que mandó en el marcador durante
gran parte del encuentro, encuentro resuelto en el tiempo extra con una canasta
in extremis de Guillem Vives. “Le debíamos un “churro” al Madrid”, declaró
Pedro Martínez después del encuentro, quien aún recuerda aquel inverosímil triple
de Sergio Llull en liga regular en la Fonteta, y que admitía las dosis de
fortuna de su equipo para ganar el tercer pinto de la serie y no dejar a cero
su casillero de victorias, de igual modo que anoche admitió la superioridad de
un equipo blanco que durante los 165 minutos de esta eliminatoria ha estado la
mayor parte de ellos por delante en el marcador. Buen trabajo el de Pedro
Martínez, un grande de nuestros banquillos, en su primer año con los taronja,
compitiendo hasta el final pese a todos los infortunios que han asolado a su
roster en este tramo final de liga (ayer sin Shurna, Sikma ni Rafa
Martínez)
Gustavo Ayón sigue siendo el mejor hombre para Laso
(9.75 puntos, 6.25 rebotes y 3 tapones por partido ante el Valencia), pero en
estas semifinales han brillado unos exuberantes Llull (14,75 puntos, 2,75
rebotes y 3,5 asistencias por partido) y Carroll (13,5 puntos por partido, y 11
de 13 en tiros libres, decisivos los de anoche en el carrusel final de
lanzamientos desde la línea en otro final igualado) Dinamita exterior e
interior para un Real Madrid que espera rival. Si como es presumible el
Barcelona elimina el Baskonia (serie 2-1 para los azulgrana en estos momentos,
con el cuarto partido a disputar esta noche en Vitoria), a Laso le espera el
más difícil todavía: ganar la Liga con factor cancha en contra, es decir,
luchar contra la estadística que dice que alrededor de un 70% son las veces en
las que el equipo que tiene tres partidos en casa en estas finales a cinco se
lleva el título.
Sea como fuere lo que nadie puede negar es que Laso
sigue haciendo historia y engrandeciendo la leyenda de su etapa al frente del
baloncesto blanco. Sus detractores cada vez lo tienen más difícil cuando el
club madridista no cesa de devorar records y registros con el vitoriano en el
banquillo. La fiabilidad, por fin, tras tantos de años de travesías en
distintos desiertos, parece haber llegado al club de Concha Espina en su
sufrida sección de baloncesto.
El bloque de jugadores nacionales, clave para entender el éxito madridista. |
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