Conocida es la afición del actual presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, de levantar muros que protejan su país de los
extranjeros, a quienes responsabiliza de todos los males. Su principal obsesión
es México, los mejicanos, y la vía de entrada que también supone el país
centroamericano para toda América latina, una zona del planeta sobre la que ya
dejado claro su desprecio en más de una ocasión. No sabemos nada de lo que
opina del norte del continente y si en el futuro barajará la idea de cerrar fronteras
con la vecina Canadá, pero desde Toronto la franquicia de baloncesto de los
Raptors ya se ha adelantado levantando un granítico muro táctico y defensivo en
el que Golden State Warriors se estrelló una y otra vez en el primer partido de
las finales y durante prácticamente toda la primera parte del segundo,
precisamente hasta que apareció Stephen Curry para recordarnos que los vigentes
campeones siguen vivos, tan vivos que han roto el factor cancha en el segundo
partido y vuelven a poner los pronósticos de su lado.
Quedaban 3.53 para el descanso, con Toronto mandando
claramente diez puntos arriba, cuando por fin hizo acto de presencia el astro
de Akron anotando su primera canasta en juego del partido (hasta entonces sólo
había sumado cuatro puntos, desde la línea de personal, después de haberse
sentido indispuesto en el primer cuarto) Un triple, como no, su distancia
favorita. Anteriormente el equipo de Steve Kerr se había mantenido en el
partido gracias a un gran primer cuarto de Klay Thompson (11 puntos) y a un
DeMarcus Cousins definitivamente de vuelta (7 puntos consecutivos en el segundo
acto), dando vida a unos Warriors que veían como Leonard tomaba el mando desde
el inicio (los primeros cinco puntos de su equipo llevan su firma) castigando
las asignaciones individuales de Kerr. Desde Golden State habían admitido que
fue un error centrarse tanto en la defensa a Kawhi (varias defensas de 2 contra
1) liberando a jugadores como Siakam o Gasol, por lo que en el segundo choque
Leonard se sintió más liberado (acabó con 34 puntos, 11 más que en el G1… pero
con un pobre 2 de 9 en triples), pero fue la aparición de Curry la que dinamitó
el partido y encendió las esperanzas de los seguidores de Oakland. Con el #30
viendo aro con su habitual facilidad se abría la posibilidad de remontar el
partido. Encomendados a Curry para lo bueno y para lo malo, máxime cuando Klay
Thompson, mejor jugador de Golden State en el segundo asalto con 25 puntos y 4
triples letales de 6 intentos, abandona la pista lesionado por un tirón en la
pierna que le hace ser duda de cara al tercer partido, ya en el Oracle Arena. Curry
por tanto protagonista, anotando 19 puntos entre ese momento ya citado en el
que anota su primer triple y su última canasta, también de tres puntos, a 40
segundos del final del tercer cuarto y que ponía a Golden State diez arriba
(88-78) Descansa al comienzo del último acto (buenos minutos de Quinn Cook en
su ausencia) y vuelve a pista a 7.59 para el final sustituyendo al lesionado
Thompson. El marcador registraba un 98-91 para los californianos. Los últimos
minutos de Curry son un desastre. Pierde un balón por falta de concentración,
acto seguido comete una personal que lleva a Lowry a la línea, y finalmente
recibe una técnica por lanzar el balón al techo del pabellón protestando una
falta señalada a Cousins, episodio que aboca al partido a un final igualado que
minutos antes nadie hubiera previsto dada la superioridad de los visitantes. Y
ni siquiera mira aro. Curry para lo bueno… pero también para lo malo.
La descomposición final de Curry permite a Toronto soñar
con la remontada. Leonard aprovecha el
tiro libre de la técnica y los dos de la falta de Cousins para poner a su
equipo a cinco puntos, posteriormente Draymond Green pierde la bola ante Marc
Gasol, y una vez que los árbitros revisan la jugada dan posesión a los
canadienses, que aprovechan con un triple de Danny Green (tras dos rechaces
ofensivos de los Raptors) para poner el 106-104 con poco más de una posesión
por jugarse. Igoudala recibe totalmente solo (en realidad está solo durante toda
esa jugada, con Toronto haciendo dos contra uno a Curry) y sentencia desde el
triple quedando poco menos de seis segundos. Había una diferencia de unos tres
segundos entre el reloj de posesión y de partido, por lo que muy posiblemente
otro equipo y otro jugador hubiera especulado todavía más con el crono pese a
tener el tiro claro de Igoudala, con tal de dejarle menos tiempo al rival, pero
el MVP de las finales de 2015 sabe que este es un deporte de valientes y su
triple puso una distancia de cinco puntos ya insalvable y definitiva. Un
109-104 que no obstante no refleja la superioridad de Golden State a partir del
tercer cuarto. El plan de Nurse del primer partido le funcionó a la perfección,
pero le duró eso, un partido. Toronto volvió a demostrar limitaciones en
ataque, pese a la buena circulación de balón hay jugadores muy timoratos ante
el aro. Entre Leonard, Siakam y VanVleet (revulsivo desde el banquillo otra vez
con 17 puntos) realizan 55 de los 94 lanzamientos de su equipo. La rotación
otra vez corta (sólo ocho jugadores… Kerr llega a utilizar a 13, aunque Bell y
Evans apenas unos segundos, pero hay once jugadores que si tienen minutos
importantes), y el escaso acierto anotador se refleja en las tristes 17
asistencias repartidas por todo el equipo, número bajísimo para un partido de
este nivel (simplemente Cousins, desde el pívot, con seis asistencias reparte
más juego ayer que todos los exteriores de Toronto juntos)
Golden State Warriors se encuentra ahora ante la
posibilidad de sentenciar las finales en casa. Si Toronto no es capaz de
arrancar una victoria en el doble duelo en tierras californianas se quedará sin
opciones de fallo. Nadie dijo que fuera fácil. Nunca entierres a un equipo
campeón. Sin Durant, con Cousins recién recuperado, con Curry indispuesto, con Thompson
ausente casi todo el último cuarto, con Looney lesionado… pero el ADN de este
equipo histórico sigue siendo ganador. No hay muro que no puedan salvar. Toronto
se llevó el primer duelo demostrando tener más corazón que unos Warriors
indolentes, pero los de La Bahía han tirado de orgullo y se han puesto el mono
de trabajo en defensa. En el terreno individual, y con sólo dos partidos
disputados, particularmente nos quedamos con Draymond Green. Anoche se quedó a
una asistencia de su segundo triple-doble consecutivo de las finales, y su
quinto consecutivo en playoffs. Su importancia es tal que es el jugador que más
minutos ha disputado en Golden State en ambos partidos de la final.
Una técnica que pudo costar muy cara. |
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