No
estamos hablando de la Pantoja ni de su infame vástago, ni del resto
de vergonzosa y vergonzante recua de la sociedad española, de la
cual afortunadamente no conozco ni un solo nombre más allá de la
folklorica y su bobalicón hijo technobacaluti. Hablo de unos Golden
State Warriors ante los que no cabe otra cosa que rendirse y
olvidarse de filias y fobias y “haterismos” (de igual modo que
había que hacerlo con los ejercicios de resistencia ofrecidos por
LeBron James los últimos años con Cleveland) Un equipo construido
para ejercer un dominio autoritario sin parangón en los últimos
tiempos, la Armada Invencible de la actual NBA, sólo podía ver
naufragar su proyecto por culpa de los incontrolables elementos, que
diría Felipe II. Los problemas físicos a los que se ha tenido que
enfrentar en estas finales el equipo de un Steve Kerr al que como se
suele decir, sólo le falta quedarse embarazado, han sido de todo
tipo. Cousins, Thompson, Looney… y por encima de todo Kevin Durant.
No había ningún farol ni se trataba de ninguna estrategia. Las
informaciones que llegaban desde Oakland (principalmente la ESPN
había sido muy clara a este respecto) eran ciertas. Durantula no
estaba listo para jugar. El 3-1 con el que Toronto regresaba al
Scotiabank Arena ha sido el único motivo por el que el MVP de las
últimas dos finales se ha vuelto a vestir de corto arriesgando su
físico y su futuro, frente a un verano en el que vuelve a ser agente
libre y que podía cambiar la fisionomía de la NBA. El alero de
Maryland decidió arriesgar callando a quien le acusaba de falta de
compromiso con su actual franquicia, e igualmente arriesgó Steve
Kerr sin tener en cuenta las condiciones en las que llegaba su mejor
jugador al partido. No había idea de dosificación ni de tenerlo
entre algodones, pese a que la entrada de Livingston a 5.50 del final
del primer cuarto es el segundo cambio que ordena el entrenador
tejano. Descansa un par de minutos y vuelve a pista, donde permanece
hasta romperse. En total juega 11.57 minutos de una excelencia tal
que merece la pena detenerse en la cronología de los que
desgraciadamente han sido los últimos minutos en mucho tiempo para
uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.
Durant
sale en el quinteto titular, junto a los habituales Curry, Thompson,
Igoudala y Green. Los Hamptons Five juntos de nuevo. Cousins como
gran damnificado. Kerr apostando de nuevo por el baloncesto sin
pívot, el que mejor réditos le ha dado. Con KD y Green como falso
juego interior, el de Maryland se emparenta con Siakam. El camerunés
comete pasos en su primera jugada ante Durant después de pivotar en
exceso ante los inabarcables brazos de su rival que no le ofrecen
espacio alguno para encontrar aro en el corazón de la zona, ahí
donde Toronto no ha parado de hacer daño en estas series. La
importancia de Durantula en defensa perfectamente reflejada en los
primeros 15 segundos del partido. Dos triples consecutivos de KD
ponen cinco arriba a Golden State. Entre medias comete falta sobre
Marc Gasol, demostrando actividad defensiva buscando tanto a Siakam
como al español. Es sustituido por Livingston dejando a su equipo
con ventaja de tres (19-16) Vuelve a pista con el marcador empatado a
23. Captura el rebote en su tablero al fallo en el triple de Lowry.
Se marca un “air ball” pero en la jugada siguiente se desquita
sacando falta a Ibaka y anotando los dos tiros libres. Un triple
fallado por Norman Powell le permite capturar su segundo rebote que
traduce en un triplazo en contrataque. Comete falta sobre VanVleet
con quien se encara, después de que el pequeño y bravo jugador de
los Raptors intentara penetrarle en la zona. En la primera jugada del
segundo cuarto falla su lanzamiento de dos, y posteriormente llega la
jugada que hiela la sangre y congela el aliento de todo Oakland.
Intentando un reverso ante Ibaka pierde la bola abriéndose de
piernas y yendo al suelo, con evidentes gestos de preocupación para
un jugador que llegaba a este partido claramente lesionado. La
reacción es clara. No puede seguir. Todo el banquillo californiano
se teme lo peor, especialmente su entrenador, Steve Kerr, y también
un Stephen Curry al que las cámaras captan en el banquillo con su
cabeza cubierta por una toalla y gesto funerario, una mezcla de
tristeza y frustración en un jugador cuya filosofía de ganar
colectivamente por encima de sus propios números fue clave para que
en el verano de 2016 Durant pusiera patas arriba la NBA llegando a La
Bahía. El alero dejaba el partido con 39-34 para su equipo, pero
herido de muerte en lo anímico. La respuesta en la cancha de Curry,
como veríamos después, fue sencillamente brutal.
La peor imagen de la noche. Durant lesionado camino del vestuario. |
Otro
jugador con el que las cámaras se estaban recreando especialmente,
aunque por distintos motivos, era DeMarcus Cousins. La gran apuesta
frustrada de esta temporada en la franquicia californiana y el gran
sacrificado la noche de ayer con el regreso de Durant. Su rostro
serio y circunspecto era uno de los principales objetivos de la
retransmisión, cuando ya se encarrilaba el segundo cuarto y Kerr
seguía sin poner en pista a un cuatro veces All Star. Con el
abandono de KD el técnico tejano ordenó un doble cambio, entrando
McKinnie y Cousins por Durant y Bogut. El voluminoso pívot de
Alabama se convirtió entonces en el ancla de los visitantes,
impidiendo que los negros nubarrones que se cernían sobre su equipo
al ver encarrilar los vestuarios a Durantula hundiesen
definitivamente al todavía vigente campeón. Siete puntos
consecutivos de “Boogie” levantaron la moral de las tropas
californianas que se vieron once arriba en un abrir y cerrar de ojos.
La baja de Durant era un golpe duro, pero no había ninguna razón
para pensar que los Warriors no pudieran tener opciones de ganar el
partido y seguir vivos en las finales. Los de Kerr se mantuvieron en
unas ventajas en torno a la decena de puntos, hasta que el “héroe”
Cousins volvió al banquillo (en seis minutos dejó una producción
de 9 puntos y 5 rebotes, impresionante) y Toronto aprovechó para
ponerse a uno, pero Curry con un triple marca de la casa y Looney en
un rebote ofensivo volvieron a abrir una pequeña brecha de seis
puntos con la que irse al descanso, mientras que Leonard y Green
fallaban sus respectivos intentos triples. 62-56.
Nada
sabemos de cómo transcurrió la charla entre Kerr y sus hombres en
el vestuario para afrontar una segunda parte en la que ya no había
margen de error. Todo lo que no fuera ganar significaría el fin de
la temporada y del sueño del “three-peat”. Y lo cierto es que
Golden State tuvo una puesta en escena en la reanudación a la altura
de un equipo campeón. Los triples de Curry, Thompson e Igoudala
estiraban el marcador y una canasta de Looney ponía la máxima
diferencia del partido, 14 puntos (77-63) mediado el tercer cuarto. A
Nurse no le dio tiempo ni de parar el partido. VanVleet, otro jugador
para quien no parece existir la palabra miedo, respondió con un
triple para iniciar un parcial de 0-10 que volvía a meter a Toronto
en el partido. La fe del pequeño jugador de Illinois dio vida a un
equipo en el que Leonard había desaparecido. La estrella de los
Raptors sólo pudo sumar un punto desde el tiro libre a su cuenta
anotadora, fallando sus tres tiros de campo, además de perder dos
balones. Tiene mérito que Toronto se fuera sólo seis abajo (84-78)
al último cuarto, después de que Cousins anotase los últimos
cuatro puntos de su equipo y siguiese engordando sus cifras.
Kawhi
Leonard ya nos tiene acostumbrados a esto. Desapariciones
inexplicables para resurgir en los momentos decisivos con
exhibiciones tan descomunales como la del último cuarto de este
quinto partido. Pero hasta que decidió explotar la batalla se
decidía entre unos Golden State encomendados a Curry y unos Toronto
que se sostenían por un gran Lowry y un consistente (una vez más)
Ibaka. La conexión entre estos dos últimos ajustaba el marcador
(92-89) a 8 minutos para el final. El partido ya llevaba minutos
instalado en el puro espectáculo que impide pestañear (canastones
de Curry, triplazos de Lowry…) Y entonces comenzó el show Leonard.
Canasta tras rebote ofensivo al fallo de Danny Green en el triple
(92-91) El otro Green, Draymond, responde desde el triple para poner
el 95-91. Leonard falla en el siguiente ataque, y Draymond comete
dobles por Warriors. Kawhi lo vuelve a intentar y se encuentra con el
robo de Igoudala. No enfades a un tipo como Leonard, Iggy. Un triple
fallado por Thompson acaba en rebote ofensivo de Kawhi, que corre la
contra para encontrar a Powell quien hace el mate de las finales para
encender las gradas del Scotia. 95-93. El siguiente fallo de Igoudala
acaba con el balón de nuevo en manos de Leonard que anota un triple
en contrataque y definitivamente las gradas se vienen abajo… y
quedaba mucho más. Estamos 95-96, Toronto recobra el mando y el
fallo de Curry lo castiga Leonard con un nueva canasta, esta vez a
tabla. 95-98. Green vuelve a anotar para Golden State y Leonard en
absoluto éxtasis anotador responde otra vez desde el triple (97-101)
Igoudala vuelve a fallar y Leonard a anotar. 97-103 a falta de 3.28 y
Toronto que comienza a soñar con el anillo. Curry falla de nuevo y a
falta de 3 minutos Nurse pide tiempo muerto. Visto ahora no parece
que fuera una decisión acertada el haber parado el partido con
Golden State contra las cuerdas a tres minutos para el final.
Detengámonos aquí para analizar los últimos minutos de Kawhi
Leonard. Anota el 92-91 a 6.54 para el final y su punto número 26 lo
consigue a 3.28 de sonar la bocina. En ese intervalo de 3 minutos y
26 segundos el alero de Riverside suma 12 puntos, 3 rebotes y 1
asistencia. Demencial.
Pero
como decimos el tiempo muerto de Nurse parece enfriar a la estrella
canadiense. Falla su intento de “fadeaway” (buena defensa de
Thompson) en el siguiente ataque y el propio Thompson pone el 100-103
con un triple (y una mala defensa de Kawhi)… y aún quedaban más
de dos minutos por jugarse. Lowry se queda liberado en la posesión
siguiente para lanzar un cómodo triple… que no entra y Curry busca
uno de esos triples lejanos tras bloqueo (de Cousins en este caso)
que tanto le gustan. No acierta, el balón se queda corto rebotando
en el aro pero la bestia de Alabama llega desde atrás para hundir la
bola. Los árbitros piden “instant replay” y finalmente anulan la
canasta por un “goaltending” que yo sinceramente no veo, ya que
en ningún momento DMC toca el aro antes de hacer el mate. Hubiera
sido el 102-103 con dos minutos por disputar. Nueva bola para Toronto
que acaba con una grotesca pérdida de balón después de que Lowry,
casi agotada la posesión, saque hacia fuera un balón imposible para
Marc Gasol (decimos Marc porque era el jugador más cercano a esa
bola, nos tememos que Lowry no sabía ni a quien pasaba o intentaba
pasar), devolviendo la posesión a Golden State. Con casi medio
minuto menos, eso sí. Curry hace el típico “carretón” para
empatar el partido con un triple tras recibir de Igoudala. Otra de
sus especialidades. Partido nuevo y sólo 82 segundos en el crono. El
siguiente ataque local pasó, como no, por Leonard. Quedando mínimo
tres posesiones no tenía sentido especular con el reloj. Kawhi se la
jugó frente a Thompson desde el triple y falló. Tampoco es que
fuera precisamente el mejor de los ataques posibles, y menos en un
equipo tan dado a la circulación como Toronto. Curry se hizo con el
rebote y cruzó la pista al viejo estilo de Golden State, buscando el
aro rival antes de que la defensa esté formada. Penetró por la
derecha y buscó a Igoudala, quien vio fuera a Green el cual soltó
la bola sin bote encontrando a Thompson. La metralleta angelina se
zafó de Leonard con una simple finta y… ¡diana! 106-103. Cuatro
jugadores, tres pases, dos botes, 15 segundos y un triple. Pura
filosofía Steve Kerr. Los Splash Brothers habían resucitado a su
equipo con un parcial de 9-0. Como escribía anoche Piti Hurtado en
su cuenta de Twitter, estos tíos pueden ganar o perder, pero ya son
leyenda. Quedaba poco menos de un minuto y los Raptors buscaron un
pick&roll de toda la vida entre Lowry y Gasol. No el “Spain
pick&roll” del que hablábamos en la anterior entrada, el cual
implica a un tercer jugador de ataque haciendo bloqueo ciego. Ese fue
el error. Cuando Marc se fue hacia el aro se encontró emparedado
entre Cousins e Igoudala quienes le negaron el camino al aro. Quedaba
tiempo al menos para dos jugadas y Nurse ordenó presión a media
pista. Funcionó, con Green pisando su cancha una vez que había
traspasado media pista ante la defensa de Danny Green. Recuperaba
bola Toronto, con Lowry buscando de nuevo a Marc y su bloqueo en
línea de triple, pero en esta ocasión no hubo continuación y el
base canadiense encaró el aro encontrándose con un Cousins cuyo
tapón fue considerado ilegal. 106-105. Sería el marcador
definitivo, ya que el propio Cousins cometería una falta en ataque
que otorgaba a Toronto una última posesión que podía valer un anillo. La tuvo Lowry desde la esquina en un tiro que parecía
librado. Thompson e Igoudala se fueron con Leonard, quien recibió de
VanVleet. Curry y Livinsgton no perdían de vista a Green y VanVleet
respectivamente, mientras que Draymond Green se quedaba en la zona
con Marc Gasol. Una zona por la que cruzó Lowry aprovechando el 2x1
que recibía Leonard para recibir solo en la esquina y ejecutar un
tiro al que Green llega lo suficiente como para desviar la
trayectoria de la bola. No era una mala decisión, y creo que hay que
darle más mérito a la acción defensiva de Green que al error de
Lowry, por mucho que el base de Toronto no estuviera acertado en unos
minutos finales en los que varios jugadores (Cousins, Leonard…)
parecían vivir en un carrusel de desaciertos.
Green, la acción defensiva del partido. |
Golden
State sigue vivo después de un extraordinario ejercicio de
supervivencia. Se aseguran al menos volver a Oakland, despedir el
Oracle Arena para siempre y seguir atisbando una remontada épica. Es
lo mínimo que se merecen.
El
G6 se presenta apasionante, en unas finales con las fuerzas justas y
en las que vemos cómo va subiendo el nivel de dureza.
Psicológicamente ambas escuadras tienen mucho que rumiar para sus
adentros. Toronto tuvo el partido ganado y deben estar dándole
vueltas a todo lo que sucedió después de pedir ese tiempo muerto
que acabó favoreciendo al rival, pero Golden State estuvo a punto de
dilapidar una ventaja de 14 puntos. Igualmente a nivel individual un
jugador como Kawhi Leonard después de hacer una exhibición
portentosa en tres minutos y medio acaba tomando malas decisiones en
ataque y resultando inútil en defensa. ¿Le estará entrando el
vértigo a Toronto? Lo mejor para el baloncesto, que sigue habiendo
batalla. Lo peor, que perdemos a uno de los mejores jugadores del
mundo para todo un año.
Los Splash Brothers no han dicho su última palabra. |
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