miércoles, 8 de febrero de 2012

AS TEARS GO BY

“It is the evening of the day
I sit and watch the children play
Doin things I used to do
They think are new
I sit and watch
As tears go by” 

(The Rolling Stones, “As tears goes by”, 1964)     

"Que bueno es este chico" parece pensar Kidd.


Es lo que parece estar pensando el gran Jason Kidd en esta foto ante la bandeja de Ricky en el segundo de los dos partidos disputados esta temporada entre las franquicias tejana y de Minneapolis, saldados ambos con victoria lobezna y con estupendas sensaciones por parte del base español.  

La imagen pertenece a la prestigiosa agencia Getty Images, referente en el mundo de la actualidad de todo tipo, y por supuesto deportiva, y como ven ha sido elegida por nuestra mítica e incombustible publicación Gigantes del Basket para ilustrar la portada de su último número (el 1371, nada menos)   

"Ey Dirk, ¿has visto lo que acaba de hacer ese crío?"


Ayer nuevamente me sometí al ritual que llevo practicando desde hace tantos años que se pierde en la memoria de encaminarme al kiosco como todos los martes en busca de la edición semanal de esta publicación, y en cuanto vi esta portada admito que la foto me cautivó. Es una de esas instantáneas con una carga de profundidad que te hace poder contemplarla una y otra vez de manera casi obsesiva buscándole recónditas interpretaciones. Toda esa carga de profundidad de la que hablo no está en la bandeja de Ricky, simplemente una canasta más. Está en ese rostro sereno de un hombre que ya lo ha visto todo en este deporte. Está en la expresión estoica de Jason Kidd, en ese gesto complacido y complaciente al verse rebasado en una entrada a canasta por Ricky. Ciertamente, hay jugadores tan buenos que hasta es un placer tenerlos en tu contra y poder asistir al nacimiento de algo realmente grande, como está pasando estos días en la NBA con el debut del catalán.      

"La que me está liando este cabrón", parece que esté pensando Jason.


Ricky ha sido objeto de todo tipo de alabanzas y elogios hacia su electrizante juego, y se le ha comparado sobre todo con los grandes bases de los últimos tiempos en la creación del juego. Con el mayor arquitecto del pick&roll, John Stockton, o con el base que mejor ha puesto la imaginación y visión de juego al servicio de los beneficios de un colectivo, Steve Nash. Pero tiene Ricky también en Kidd un buen espejo en el que mirarse. El base de San Francisco es un jugador de carrera ejemplar, practicante de un baloncesto emocional que nace del corazón, y poseedor de una ética de trabajo que le ha llevado a ser campeón de la NBA con 38 años (en un par de meses cumplirá los 39) tras varios intentos y frustraciones que lejos de desgastarle le han curtido y le han hecho más fuerte como jugador y como persona. “Mr. Triple Doble” ha sido además, como su apodo indica, un base que ha sido capaz de acumular estadísticas de una manera enormemente brillante en todos los apartados del juego, incluido el rebote, y a pesar de su 1,93 de estatura, pero como el propio jugador californiano siempre ha dicho “el rebote es cuestión de deseo”. Y ese deseo por rebotear, por jugar, por ganar, por competir, es lo que le ha llevado a acumular tras sus espaldas nada menos que 17 campañas en la mejor liga de baloncesto del mundo, entre ellas, claro está, la de su debut en la que fue “rookie of the year” con números inferiores incluso a los que está promediando Ricky ahora mismo (Kidd hizo esa campaña 11.7 puntos, 7.7 asistencias, 5.4 rebotes y 1.9 robos) La mirada de Kidd en esta foto que tanto me gusta tiene por ello cierto halo nostálgico, el brillo sentimental de quien sabe lo que está sintiendo Ricky en estos momentos que vive sus primeros partidos en la NBA a una velocidad de vértigo. Jason Kidd es en esa imagen Marianne Faithfull, o mejor aún Mick Jagger, cantando el “As tears goes by”, viendo a los nuevos chicos jugar juegos que los muy inocentes no creían ni que existieran.     

Ricky, seguido desde sus comienzos en la élite.


La verdad es que pese a los 17 años y medio que separan a un jugador y otro, parece darse una extraña sintonía entre ambos cada vez que se han enfrentado, en una rivalidad que viene desde los JJOO de Pekín, como dos púgiles brillantes, dos finos bailarines de la lona, que se están dando un relevo entre golpe y golpe. Uno sabe que está haciendo sus últimos pasos, ejecutando sus últimos movimientos… el otro ni siquiera sabe donde está su límite.    

17 años de diferencia y el mismo objeto del deseo: el balón.


lunes, 6 de febrero de 2012

UN CHAPUZÓN ANTES DEL ALL STAR

O dicho de otro modo, hoy nos vamos a mojar un poco con los rosters del próximo All Star Game que se celebrará en Orlando el último fin de semana de Febrero. La madrugada del jueves al viernes de esta semana conoceremos quienes serán los elegidos por los entrenadores de las distintas franquicias de la NBA, o sea que vamos a hacer nuestra particular apuesta, para que cuando llegue el momento el sufrido lector pueda echarme en cara que, como es habitual, no haya dado una. Más que elecciones personales, es lo que creo que va a pasar. También es una buena ocasión para repasar un poco como llevan la temporada algunos de los nombres más brillantes de la mejor liga del mundo.   

¿Un All Star Game sin españoles?


Conocemos ya los quintetos titulares, los elegidos por votación popular, sin que haya habido grandes sorpresas. Rose, Wade, LeBron, Carmelo y Howard por el Este, y Paul, Kobe, Durant, Griffin y Bynum por el Oeste. Llama la atención que haya hasta cuatro jugadores angelinos en este último quinteto, y sobre todo que dos de ellos pertenezcan a los Clippers, algo impensable sin ir más lejos hace unos meses. 

Vayamos pues con nuestras apuestas. 

ESTE: 

Deron Williams (guard, New Jersey Nets, 2 veces All Star, 20.2 puntos, 8.8 asistencias, 3.7 rebotes) Pese a que su prestigio anda algo tocado después de su “affaire” con Jerry Sloan, que significó la salida de ambos del club de los Utah Jazz, y ya no se le considera como el único base puro capaz de disputarle el título honorífico de mejor del mundo en su puesto a Chris Paul, sigue siendo una auténtica bestia jugando a esto. Baste decir que es el base que más dobles-dobles promedia esta temporada (igualado con… ¡Ricky Rubio!), y pese que a los Nets es en estos momentos de los peores equipos de la NBA, su ausencia nadie la da por esperada. Sería su tercer ASG consecutivo.

Joe Johnson (guard, Atlanta Hawks, 5 veces All Star, 18.6 puntos, 4 rebotes, 3.6 asistencias) Otro clásico de las últimas ediciones (cinco participaciones consecutivas) Sigue liderando a unos Hawks de los que año tras año se espera su explosión definitiva pero finalmente acaban transmitiendo cierta sensación de frialdad, la misma que produce este escolta de Little Rock que pese a ser uno de los mejores jugadores de la liga siempre se piensa que podría subir aún un escalón más estelar. 

Paul Pierce (forward, Boston Celtics, 7 veces All Star, 18.6 puntos, 5.5 rebotes, 5.5 asistencias) El alma de los históricos Celtics sigue siendo un auténtico seguro de vida para su equipo, y un jugador muy respetado por todos los aficionados, entrenadores y jugadores. Su presencia se antoja diáfana.

Pierce frente a Nowitzki. Dos clásicos.
 

Chris Bosh (forward, Miami Heat, 5 veces All Star, 19.7 puntos, 7.7 rebotes, 2.2 asistencias) La tercera punta del tridente Heat a buen seguro sacará esa prodigiosa manita de media/larga distancia a pasear en el All Star Game de Orlando.

Amar’e Stoudemire (forward-center, New York Knicks, 6 veces All Star, 18.2 puntos, 8.1 rebotes) Hacemos un poco de “trampa” colocando a STAT como center suplente de Howard, pero ciertamente no se vislumbra gran cosa en ese puesto con Bogut y Horford lesionados (Noah me parece un “sin sangre” total) Desde 2005 apenas falta a una cita (la de 2006, en la que estaba lesionado), y pese a que su temporada está siendo, al igual que la de los Knicks, un punto decepcionante, hoy por hoy cuesta imaginarse un ASW sin él. Precisamente mientras escribo estas líneas me llega una muy desgraciada noticia alrededor de este genial jugador.

Rajon Rondo (guard, Boston Celtics, 2 veces All Star, 13.8 puntos, 9.5 asistencias, 5.1 rebotes, 1.7 robos) Una de mis debilidades. El bueno de Rondo es uno de los bases más completos de la actualidad, capaz de ofrecer un trabajo igualmente eficiente en ambos lados de la pista. No debería faltar.

Danny Granger (forward, Indiana Pacers, 1 vez All Star, 18.2 puntos, 4.8 rebotes) Consolidado como uno de los mejores aleros de la liga, y actual campeón del mundo con la selección USA, Granger no es precisamente uno de los nombres que más se barajan cuando llegan estas fechas, pero viendo la temporada de estos sorprendentes Pacers nos parece justo que el líder de la franquicia presidida por el mítico Larry Bird acuda al evento. 

Otros jugadores que a nuestro juicio tienen posibilidades y están haciendo méritos son Brandon Jennings (19.9 puntos, 5.4 asistencias, 1.7 robos), Josh Smith (15 puntos, 9 rebotes, 2.1 tapones), Greg Monroe (16.3 puntos, 9.9 rebotes), Roy Hibbert (13.7 puntos, 9.7 rebotes) y sobre todo apuntamos posibilidades para Carlos Boozer (14.7 puntos, 8.5 rebotes), más que nada porque con Chicago mandando en el Este con un balance 20-6 parece bastante lógico que puedan tener dos jugadores en el All Star. 

Kobe y su MVP de la pasada temporada. 


OESTE: 

Russell Westbrook (guard, Oklahoma City Thunder, 1 vez All Star, 21.7 puntos, 5.7 asistencias, 4.7 rebotes, 2 robos) ¿Alguien tiene la más mínima duda de que el número 0 del equipo de moda en la NBA jugará su segundo All Star Game consecutivo dentro de unas semanas en Orlando? Sus números hablan por si solos. El 18-5 de Oklahoma (primeros en el Oeste) también. 

Monta Ellis (guard, Golden State Warriors, 0 veces All Star 21.3 puntos, 6.5 asistencias, 1.8 robos) ¿Será por fin este segunda ronda de draft All Star en esta edición?, atendiendo a sus números, no se me ocurre mejor elección como escolta suplente de Kobe Bryant. 

Rudy Gay (forward, Memphis Grizzlies, 0 veces All Star, 18.4 puntos, 6.5 rebotes) Otro jugador para quien parece haber llegado la hora del All Star, sobre todo si tenemos en cuenta que como tres puro no tiene demasiada competencia (otra cosa es si lo comparamos con los “cuatros” de su conferencia) 

Kevin Love (forward, Minnesota Timberwolves, 1 veces All Star, 25 puntos, 13.7 rebotes) Otro por el que apostamos para el All Star Game de esta edición. Creo que 25 puntos y 13.7 rebotes por partido son argumentos absolutamente incontestables. Por si fuera poco los hasta hace bien poco infumables Wolves van con un 50% de balance victorias-derrotas (achacable sobre todo a Ricky Rubio, auténtico jugador clave del equipo) 

LaMarcus Aldridge (forward-center, Portland Trail Blazers, 0 veces All Star, 23.1 puntos, 8.8 rebotes) Aunque está saliendo de PF titular con Marcus Camby a su lado, vemos a Aldridge como el auténtico rival para Marc Gasol por un puesto de suplente en la pintura del combinado del Oeste, y sinceramente, creemos que sería una auténtica injusticia que volviera a quedarse fuera del All Star, cuando lleva dos temporadas rozando la excelencia, y a pesar de todos los infortunios sucedidos en la franquicia de Oregon siguen siendo un equipo competitivo gracias al liderazgo de LaMarcus.      

LaMarcus merece un All Star


Steve Nash (guard, Phoenix Suns, 6 veces All Star, 14.5 puntos, 9.9 asistencias, 54.5 % en tiros de campo) A puntito (los cumple mañana mismo) de celebrar su 38 cumpleaños, Steve Nash sigue demostrando que es un jugador absolutamente único e irrepetible, desarrollando un baloncesto increíble casi al mismo nivel que las dos temporadas que fue MVP de regular season. Su presencia supondría la ausencia de Ricky Rubio, pero no creo que haya un solo fan de este juego al que no se le caiga la baba con una nueva participación de este genio en el que puede ser su último All Star.   

¿El último All Star del gran Steve?


Dirk Nowitzki (forward, Dallas Mavericks, 10 veces All Star, 17.2 puntos, 6 rebotes) Sinceramente creo que la temporada del rubio alemán no está siendo merecedora de All Star, pero también creo que muy difícilmente va a quedarse fuera del evento el actual MVP de las finales y en definitiva uno de los jugadores más mediáticos de la liga. 

Como ven, y con gran dolor de corazón, creo que no tendremos ningún español en la cita, a pesar de que sobradamente están haciendo méritos para ello Ricky Rubio (abonado al doble-doble y con 11.4 puntos, 8.8 asistencias, 4.4 rebotes, 2.3 robos), Marc Gasol (14.8 puntos, 10.3 rebotes, 2.2 tapones) e incluso el ahora denostado Pau (16.5 puntos, 10 rebotes, 3 asistencias… números muy superiores a los de Nowitzki, sin ir más lejos) También sería de justicia la entrada de Tony Parker (18.1 puntos, 7.7 asistencias), David Lee (18.4 puntos, 9.9 rebotes) o Danilo Gallinari (17.2 puntos, 5.3 rebotes…  y vaya temporada de Denver)    

Pero en definitiva sólo pueden entrar 12, y estas son nuestras apuestas. Puede parecer un palo, después de lo mal acostumbrados que estamos, la no presencia de ningún español en el weekend de las estrellas, pero debemos plantearlo por el lado positivo. La sola posibilidad de debate sobre la invitación a la cita para tres jugadores de nuestro país es algo que hace años se nos hubiera antojado imposible y demuestra al nivel que estamos actualmente. Por otro lado esto no deja de ser un simple pronóstico de aficionado sin ninguna base, y en honor a la verdad, Marc Gasol si que tiene enormes posibilidades de acudir a la cita como ese pedazo de center puro y duro que es, aunque sea en detrimento de un superclase como Aldridge. Pase lo que pase, aquí estaremos para contarlo. En unos días la solución. ¿Y ustedes que opinan?  

jueves, 2 de febrero de 2012

UN ADMIRADOR, UN ESCLAVO, UN AMIGO, UN SIERVO

Como suele ser habitual a mitad de semana hacemos nuestro pequeño repaso a nuestra particular Liga Supermanager ACB, que en su decimoctava jornada nos trae el primer triunfo de Lopez Vazquezball, enorme nick que fusiona con inteligencia nuestro deporte favorito y a uno de los grandes y más queridos genios de la interpretación de nuestro país. Lo cierto es que la semana pasada ya quedó segundo, advirtiendo de sus posibilidades. Vamos a ver si logramos darle un poquito de cera al pérfido Marc Rampas que continúa en primera posición.   

Nuestro mito cómico por excelencia.


Jornada 18





Lopez Vazquezball
gominsky
161
EL TIRADOR MELANCOLICO
Pepe Kubrick
147,6
Condensador de Fluzo
Zaphod42
147,2
Rudy`s hairdresser
Marc Rampas
146,8
mcgrady and friends
bishop77
121,8
Los Chicos Telepáticos 2
Douggy
120,6
Thunder
dudotop69
100
Paketes
kontor
99,2
Avenida Belmont
gunspector
90,4
Entelequia Israel
nachobsola
70,8



General





Rudy`s hairdresser
Marc Rampas
2609
Los Chicos Telepáticos 2
Douggy
2376,8
EL TIRADOR MELANCOLICO
Pepe Kubrick
2313,4
Thunder
dudotop69
2289,4
Paketes
kontor
2215,4
Condensador de Fluzo
Zaphod42
2171
Lopez Vazquezball
gominsky
2144,2
mcgrady and friends
bishop77
1956,2
Avenida Belmont
gunspector
1850,8
Entelequia Israel
nachobsola
1449,2

martes, 31 de enero de 2012

TODOS SOMOS GONZALO VAZQUEZ

"Ando muy cerca ya de convencerme de que si algún día tuviera un hijo difícilmente le recomendaría, por su propio bien, estudiar periodismo. Si sale bueno, me da que no tendría trabajo. Si en cambio sale malo tendría todas las papeletas para tener trabajo y hasta un buen dinero. Pero entonces no sería mi hijo." (Gonzalo Vázquez, La Unidad Invisible LIII, 11-10-2011)


Pocas veces el título de una entrada de este blog resultó una mentira tan descarada. No, evidentemente no todos somos Gonzalo Vázquez. De hecho Gonzalo Vázquez sólo hay uno. No sólo es poseedor de un estilo único, si no que además a su lado sólo se contempla la más terrible aridez desértica en una profesión que desde hace un tiempo puso en un muy segundo plano la calidad del trabajo para beneficio de términos como cantidad e inmediatez de la información. No importa como se cuente, no importa siquiera que la información no haya sido contrastada, no importa que cometas tamañas faltas de ortografía que harían sonrojar al mismísimo Mauricio Colmenero, y tampoco importa en absoluto que tu texto esté escrito como el orto de un simio. Por no importar no importa incluso que se mienta descaradamente. Esos tiempos en los que detrás del periodismo deportivo solían encontrarse plumas cargadas de brío capaces de transmitir emociones y sensaciones de puro vértigo vital empuñadas por tipos de aura entre melancólica y aventurera y afines a unos principios sólidos como las columnas del Partenón han sido sustituidos por el “apasionante” submundo de los “tweets” e informaciones de cuantas menos palabras mejor, no vaya a ser que al sufrido lector le vaya a dar una embolia cerebral si tiene que leer más de dos frases seguidas.    

GV en el Prudential Center de Newark bajo los banners del equipo de hockey hielo New  Jersey Devils


Por lo tanto seamos sinceros, Gonzalo es lo que se suele decir un tipo “único en su especie”, una anomalía, un outsider, el “I don’t fit in” de la Paul Collins Beat. Si recurrimos a este tópico grito solidario con el que hemos titulado nuestra entrada de hoy es porque todos los seguidores del deporte en general, del baloncesto en particular, y de la NBA en concreto, hemos recibido una puñalada con el anuncio de la despedida de Gonzalo Vázquez de ese Nueva York desde donde ha estado más de dos años narrándonos la NBA desde dentro, haciendo un auténtico periodismo de trinchera y supervivencia. Cumpliendo su gran sueño de seguir el mayor espectáculo del mundo desde su interior, un sueño que, como hemos podido comprobar, encerraba su lado amargo, su reverso oscuro y tenebroso. 

No conozco personalmente a Gonzalo Vázquez, mi única relación con él se ha basado en algunos cordiales y cibernéticos intercambios de mensajes, palabras y opiniones, pero la fuerza de sus textos y la inteligencia con que ha tratado cada tema que ha tocado alrededor del mundo de la canasta me han producido placeres difícilmente explicables a través de las palabras, esas que tanto se esmera en cuidar este artesano de la comunicación deportiva. He probado a acercar la obra de Gonzalo a gente que no es afín al baloncesto, y en todos los casos la respuesta siempre ha sido positiva. Vázquez trasciende el contexto deportivo para erigirse en un escritor con mayúsculas. 

La importancia de la figura de Gonzalo Vázquez en el actual conocimiento de la NBA que tenemos en España hoy día es tal que dudo que no haya un solo seguidor de la liga estadounidense que no haya degustado en alguna ocasión cualquiera de sus escritos sobre el baloncesto yanqui. Recordarán los lectores de este blog que Gonzalo ya protagonizó una de nuestras entradas (entrada que por cierto figura como la más leída en la corta historia de este blog, por si alguien tiene dudas sobre lo que significa el nombre de Gonzalo Vázquez para el aficionado exigente y que busca calidad informativa sobre la liga profesional estadounidense), por lo que no vamos a extendernos demasiado en repetir todo lo que significa la existencia de un escritor de este calibre entre las batallas del parquet y las algarabías de los vestuarios de las franquicias NBA. Pero ciertamente y por estos pequeños instantes, déjenme creer que todos somos Gonzalo Vázquez… 

Basket a flor de piel.


Anoche, mientras hacía tiempo para ver el vigesimoprimer partido de Ricky Rubio con la camiseta de los Minnesota Timberwolves (y de nuevo otra exhibición del genio español con su noveno doble-doble de la temporada, desatando en el tercer cuarto un infierno ofensivo sobre la cancha que ha sido de lo mejor que llevo visto esta temporada en la liga, aunque ya nos detendremos sobre eso en otra ocasión), me acerqué a esa “Unidad Invisible” de Yahoo Eurosports en busca de la última actualización de Gonzalo, para paladearla entre las volutas de humo sucesoras de otra de mis tardías cenas para dejar atrás una jornada más de infumable espanto laboral y me encontré con su sincera, desgarradora y bestial carta de despedida de esas unidades que tanto nos han acompañado durante los dos últimos años a tantos y tantos aficionados (y cada vez más, diría yo, creándose una especie de culto alrededor de la figura de Gonzalo de manera natural, sin apenas grandes altavoces ni estridencia mediática, simplemente con el “boca a boca” entre los buenos aficionados que se sientan a leer y encuentran por fin aquello que llevaban tiempo buscando y en los grandes panfletos nadie era capaz de dárselo, más preocupados por el último exabrupto de Mourinho o la enésima chiquillada de la estrella de turno), de modo que anoche me di una cibervuelta por esos mundos de Dios y pude que constatar que, en efecto, ayer todos éramos Gonzalo Vázquez, y en un buen número de foros y blogs los aficionados se hacían eco de la noticia cargados de la lógica pesadumbre. Tantos que no podría enlazarlos todos, aunque los fui publicando en mi muro de Facebook, por si a alguien le interesa echarles un ojo, cosa que dudo en vista de que lo único que parece llamar la atención en tal red social es el 5% de tiempo y espacio que puedo dedicarle a asuntos, digamos, políticos, que yo prefiero llamar sociales, viendo como en cuanto me hago eco de algún escándalo o vergüenza de esos que se hacen llamar nuestros representantes, alguien acude al grito de “¡y tú más!”, como para demostrar que el talibanismo de las siglas políticas ha sido capaz hasta de imponerse a nuestro sentido común. Como digo repasé y leí las reacciones ante la noticia del abandono de Gonzalo del epicentro de la NBA, buscando por ese tipo de escenarios un poco “undergrounds” de la red, no en las webs de información deportiva o general, ya que Vázquez es como decimos una figura de culto, lo cual no significa ser una figura “popular” o “famosa” (es decir, Belén Esteban puede ser todo lo famosa que quiera y que le guste pensar que es, pero no encontraría culto alguno hacia su figura ni entre los barrotes de las jaulas del zoológico de la Casa de Campo de Madrid… o eso me gustaría creer) y sentí en esa noche triste (alumbrada minutos más tarde por los furiosos relámpagos de Ricky Rubio) un especial hermanamiento con esos blogs también dedicados a la canasta. En mayor o menor medida Gonzalo nos ha influido a todos, nos ha demostrado que el baloncesto y el cuidado de las formas literarias no deberían ir reñidos.   

Gonzalo, en la línea del frente.


Tampoco queremos perder la perspectiva de las cosas del mundo y de la vida. La noticia nos duele, nos golpea duro, hunde nuestra mejor fragata, el barco del que más orgullosos nos sentimos, pero afortunadamente no estamos hablando de ninguna de esas cosas irremediables y que suponen el fin absoluto. Seguiremos disfrutando de Gonzalo en otros frentes, seguro. Suponemos que El Punto G continuará ofreciéndonos vidas y milagros de nuestros santos favoritos, bajadas a los infiernos de ángeles caídos, y en definitiva toda esa intrahistoria tan apasionante del baloncesto estadounidense. Espero igualmente que la revista oficial de la NBA recupere su ritmo mensual en la que Gonzalo nos deja el recuerdo de algún momento mítico del baloncesto norteamericano más reciente. También hemos conocido de la inminente aparición de una nueva publicación, “Cuadernos de Basket”, que han tenido el enorme acierto de contar con Gonzalo. Atención a esto porque tiene una pinta bárbara, mantendremos informados sobre este nuevo proyecto en la medida de lo posible. Y también hay que recordar, y celebrar, que Vázquez ha sido uno de los recientes fichajes de esa web tan interesante llamada Jot Down Cultural Magazine (de donde hemos sustraído impúdicamente las fotos para la entrada), un magazine virtual que intenta arrojar una mirada lúcida e inquieta sobre la actualidad, mundo del deporte incluido. Pero que quieren que les diga, yo tenía una especial predilección por La Unidad Invisible. Ese diario empapado de bucolismo ruidoso y urbano por donde transitaban las noctámbulas aventuras de nuestro autor favorito, quien nos abría las puertas de su nictálope existencia entre amoríos varios, achaques de salud, y por supuesto, encuentros de baloncesto más grandes que la vida. Sabemos que hoy día no está bien visto mostrar las vergüenzas del alma, u ofrecer ese “corazón al desnudo” del que hablaba Baudelaire, el único exhibicionismo que se permite es el de las tarjetas de crédito y la cuenta corriente, las cenas lujosas en los restaurantes más caros de la ciudad, o los viajes exóticos en primera clase, todo lo que valga para demostrar un exquisito tren de vida reservado para los elegidos. Desde aquí reivindicamos al hombre, y cuando decimos al hombre decimos al HOMBRE que se enfrenta desnudo a sus miedos y temores y exorciza sus fantasmas como puede, a través de copas infectas en los peores tugurios posibles, o derramando sangre negra sobre la blancura de un folio inmaculado. Por eso el Gonzalo Vázquez de La Unidad Invisible nos parece un gigante de las letras y de la vida, y adlátere a ello está ese mundo del baloncesto que nos permite traerlo de nuevo a este humilde rincón.   

Baudelaire, corazón al desnudo cabalgando el albatros. 


Para hacer más doloroso todo este asunto, anoche mientras leía las “últimas palabras” (al menos en cuanto a La Unidad se trata) de Gonzalo Vázquez, hacia un pequeño zapeo radiofónico en busca de sonidos con los que calmar el hambre de la solitaria noche, ese escenario que puede enloquecer hasta al más cuerdo de los hombres si no lo amansas a base de buenos pensamientos, y me encontré con esa infamia llamada “Punto Pelota” que parece ser ha revolucionado el mundo de la información deportiva, un mundo que si se encontraba en las alcantarillas, pasa directamente a las cloacas con engendros así. La voz de ese infraser balbuceante llamado Siro López golpeaba mis sienes a la vez que leía las calamidades a las que tenía que enfrentarse Gonzalo desde Nueva York durante todo este tiempo para poder ofrecernos un pedacito de ese sueño, pedacito que para muchos de nosotros ha sido el mayor sustento sobre el deporte que más amamos que hemos recibido jamás. No exagero un ápice si reconozco que estuve a punto de arrojar el aparato de radio por la ventana, e incluso llegué a pensar en precipitarme yo mismo visto los niveles de embrutecimiento y pobreza intelectual a los que ha llegado este mundo en el que la inteligencia sigue viviendo bajo sospecha. Por ello no es tanto un sentimiento de pena el que nos mueve como el de frustración, de rabia por la injusticia de que haya cosas que no se valoren, o de que el talento más que un buen arma con el que acompañarte en la vida, hoy día no sea más que una pesada alforja de la que es mejor desprenderse cuanto antes, no vaya a usted a convertirse en lo que sigue siendo el mayor estigma para un ser humano desde que el mundo es mundo: en un perdedor. 

En definitiva, la misma rebeldía que te produce el saber en el que vives en un mundo en el que es más conocido e importante David Bisbal que Matthew Sweet, o en el que Georgie Dann puede vivir en la abundancia mientras milagros como Pete Ham se suicidan.   

Sólo nos queda la búsqueda del refugio interior, allá donde cada cual es libre y dueño de si mismo y de con que alimentar su mente y espíritu. 

Larga vida a La Unidad Invisible.  

lunes, 30 de enero de 2012

REDEFINIR UNA POSICIÓN

Quizás hoy no sea el mejor día para escribir, una vez más por estos lares, sobre Ricky Rubio. Ciertamente su partido de anoche contra los Lakers fue una de sus actuaciones más grises de la temporada, mostrándose errático en el tiro y poco resolutivo en defensa. Aún así volvió a dejar unas cuantas acciones de esas que se quedan en la retina del aficionado, y los mejores minutos de juego T-wolf vinieron de sus manos a finales del tercer cuarto y comienzos del último, donde los Minnesota, espectacularmente dirigidos por Ricky, lograron remontar nada menos que 17 puntos de diferencia ante el equipo de Mike Brown. No obstante fue remar para morir en la orilla y el equipo de Minneapolis volvió a evidenciar enormes carencias en prácticamente todas sus líneas, lo cual no hace si no dar mayor mérito al hecho de que este equipo lleve ya 9 victorias en su casillero en los primeros 20 partidos disputados.     

Como un Beatle conquistando América...


No fue ayer como decimos una buena noche para Ricky, pero no obstante hay que estar a las duras y a las maduras, y cumpliendo nuestro joven base internacional sus primeros 20 partidos en la mejor liga del mundo teníamos claro que hoy era un buen día para seguir repasando su brillante e impactante temporada, continuando nuestra actualización que conmemoraba sus diez primeros partidos en la NBA. 

Pese al mal sabor de boca dejado por su último partido, lo cierto es que en la decena de partidos consecutiva a nuestra anterior entrada dedicada al mago de El Masnou, las exhibiciones y buenas actuaciones han sido norma por encima de los malos partidos.   

Para empezar dejábamos a Ricky con un balance en su franquicia de 3-7 en cuanto a victorias-derrotas en sus diez primeros partidos. No obstante con muy buenas sensaciones y partidos competidos frente a equipos muy superiores a los Wolves, cuando no favoritos claro al título esta temporada (casos de Miami u Oklahoma), sin embargo esta decena de encuentros que analizamos en esta entrada se salda con un balance favorable de 6-4. Algo realmente espectacular si hablamos de una franquicia que, recordemos una vez más, en las dos últimas temporadas ganaba tres de cada diez partidos. Luego hay motivos para sonreír en el club de Minneapolis. Decena de partidos en los que Ricky ha aumentado considerablemente (y peligrosamente diría yo, ya que tanta minutada empieza a pasar factura en las piernas) su tiempo en la pista, se ha asentado como titular,  y ha visto como su rol y liderazgo se han afianzado, y ya nadie duda de que es directamente el segundo jugador más importante del equipo tras, como no, Kevin Love.   



Estos diez partidos se iniciaban precisamente con el encuentro que nos sirve para titular la entrada de hoy como desvelaremos más adelante, gracias a Monty Williams, head coach de la franquicia neorleana. Ricky contribuye decisivamente a la victoria con 12 puntos, 9 asistencias, 4 rebotes y 3 robos, rozando otro doble-doble de esos a los que nos tiene tan acostumbrados.   

Contra Atlanta llega a su tope anotador (que repetirá un par de semanas después contra San Antonio), llegando a los 18 puntos, acompañados de 12 asistencias, 4 rebotes y 5 robos, en una de sus mejores faenas, que sin embargo no sirvió para la victoria, pese al empeño del base español que en todo momento metió a su equipo en el partido, incluyendo esos cinco puntos en los instantes finales con un triple que empataba el marcador. Una vez más la falta de experiencia y madurez condenó a los Wolves a otra derrota pese a dejar una buenísima imagen en una cancha a priori inasequible para ellos como la de los Atlanta Hawks.

A partir de ahí tres victorias seguidas de Minnesota frente a Sacramento, Detroit, y sobre todo, y muy meritoriamente, tomando el Staples Center de Los Angeles frente a los esta temporada poderosos Clippers, con otro triple final para empatar el marcador, y el celebrado buzzer-beater de Love en la jugada final. Ricky, sin maravillar en números, dejó sensaciones de liderazgo brutal, siendo decisivo en la defensa sobre Chauncey Billups en los instantes finales, e incluso atacando a un Mo Williams que estaba siendo el mejor del partido, y provocando su expulsión. Pese a no dejar una tarjeta estadística tan brillante como en otros encuentros, lo cierto es que esa jornada en el Staples fortaleció enormemente la figura de Ricky como jugador jerárquico y con capacidad para dominar partidos en ambos lados de la pista. No es habitual ver a un rookie ser capaz de provocar faltas en ataque a auténticos veteranos de la NBA como los citados Billups o Williams. Fue un magnífico golpe de autoridad, de esos que no suelen reflejarse en las estadísticas, pero otorgan a un jugador rango y graduación sobre el parquet. Esa noche Ricky se ganó ese título que sólo ostentan los más grandes directores del juego, el de “floor general”.  

Ricky dominando la situación ante Billups. El partido del Staples, sin ser su mejor actuación en números, si lo fue  en sensación de autoridad.


Tras tomar el Staples la pandilla de Ricky cayó en la siempre complicada cancha de Salt Lake City, a pesar del estupendo trabajo de Rubio (17 puntos, 11 asistencias, 3 rebotes, 4 robos) y posteriormente en casa ante los sorprendentes Rockets de Kevin McHale, para retomar la senda del triunfo ante dos rivales muy complicados pero a los que parecen haberles tomado la medida esta temporada, ya que les han vencido las dos veces que se han visto las caras. Dallas Mavericks, los actuales campeones que además celebraban la “fiesta del anillo” ante su afición y cayeron estrepitosamente ante unos Minnesota liderados por un Ricky que realizó una brutal exhibición de exhuberancia física. Con Luke Ridnour ausente por lesión, además de la ya habitual de JJ Barea, nuestro protagonista se mantuvo en pista nada menos que 46:27 minutos de juego, o dicho de otro modo, apenas encontró un mínimo descanso de minuto y medio en todo el partido. Una brutalidad que no le impidió rendir en todo momento y acabar con 17 puntos, 12 asistencias, 7 rebotes y 4 robos, a la puerta de su primer triple-doble, que visto lo visto no parece tan descabellado pensar que pueda llegar en su temporada de novato. Ricky aún se guardó fuerzas tras tamaña paliza para tan solo 48 horas después ajusticiar a los Spurs con su octavo doble-doble de la temporada. 18 puntos y 10 asistencias frente a un Tony Parker quien es ya un viejo conocido (otra de esas cosas que no dejan de asombrarnos de Ricky, que estemos hablando de un chaval de 21 años, y duelos como los que mantiene contra Parker nos parezcan ya clásicos del baloncesto moderno)   

Tony y Ricky, viejos enemigos.


Anoche, como ya hemos comentado, un Ricky agotado y extenuado ofreció su peor cara frente ante estos nuevos y defensivos Lakers de Mike Brown (afortunadamente para el aficionado español en cambio pudimos disfrutar de la mejor versión de Pau Gasol, ofreciendo una exhibición de recursos ofensivos de puro “power-forward” tanto al poste como a la media distancia, y con una serie de asistencias a Andrew Bynum en el decisivo tramo final que vuelven a confirmar que Pau es el hombre alto con mayor entendimiento del juego y mejor visión de toda la liga), y es que mucho nos tememos que las piernas de Ricky de un momento a otro tendrán que empezar a pagar la tremenda exigencia física a la que se está viendo sometido. No obstante sus primeros 20 partidos NBA le confirman, no sólo como uno de los mejores rookies de esta temporada, cosa que no admite discusión, si no directamente ya como uno de los mejores bases de toda la liga, esto es, del mundo.  

Pau se la jugó anoche a su amigo.
  

Los números de Ricky en estos momentos le colocan como el tercer mejor asistente de toda la liga, sólo superado por Steve Nash y Rajon Rondo. Tercero también figura en robos de balón por partido, donde sólo le miran por encima Mike Conley y Chris Paul. El base español es por lo tanto Top-3 en dos de las categorías más definitorias del trabajo de un base. No cabe ninguna duda, Ricky ya es uno de los bases “pata negra” de la NBA, una liga que se confirma como el habitat natural para su juego que, vuelvo a repetir, es la perfecta conjunción entre la ortodoxia y la heterodoxia. Es el chaval que sigue jugando para divertirse como si estuviese en el play-ground de su barrio, pero es a la vez el veterano de 21 años que es capaz ya de dominar partidos ante bases que llevan 15 años de carrera NBA a sus espaldas, y que sólo juega con la obsesión de la victoria entre ceja y ceja. Su cita con Kobe Bryant para los JJOO de Londres es un ejemplo. 

Como escribí hace unos párrafos, el título de la actualización de hoy se la debemos a Monty Williams, el joven entrenador jefe de los New Orleáns Hornets, cuando tras sufrir en sus carnes el juego de Ricky afirmó que el catalán era un jugador tan especial que incluso podría redefinir la posición de base. Pocos elogios más estratosféricos se me ocurren para un jugador de baloncesto que el ser considerada su carrera como la que marque un antes y un después en su posición. Nosotros no vamos a llegar tan lejos, ya que en más de 100 años de historia de este deporte es muy difícil pensar que realmente haya nuevos “especimenes” capaces de hacer cosas que no se han hecho antes. Es cierto que el evolucionismo salvaje de este deporte no se ha detenido jamás y a nadie sorprende ya la posibilidad de la existencia de hombres que con apenas 1,70 de estatura puedan machacar la canasta, o de gigantes de 2,20 que driblen como un auténtico base. El baloncesto parece no poner límite alguno a todas las fantasías y proezas inimaginables. Pero desde luego hay mucho en las palabras de Williams para mover a la reflexión sobre el tipo de jugador que representa Ricky en el baloncesto NBA. Ese baloncesto NBA en el que cada año aparece un Kyrie Irving, pero créanme… sólo hay un Ricky Rubio. 

martes, 24 de enero de 2012

EL ETERNO BUCLE DE MARC RAMPAS

Al final vamos a tener que admitir el chaval controla de esto. Marcos Prieto, Marc Rampas, consigue su enésima victoria en nuestra liga privada del Supermanager El Tirador Melancólico. No ha sido una buena jornada sinceramente, y las puntuaciones bajas han sido la nota predominante. Tampoco hay cambios en la general, una general lógicamente cada vez más dominada por nuestro protagonista de hoy. En fin, lo que se dice, una jornada sosa la 17. Los nervios del pasaporte a la Copa del Rey y esas cosas.  


El Rampas celebrando una nueva victoria imitando a su tío Larry, un redneck de Indiana.


Jornada 17





Rudy`s hairdresser
Marc Rampas
150,2
Lopez Vazquezball
gominsky
148,4
Paketes
kontor
144,6
Thunder
dudotop69
133,4
EL TIRADOR MELANCOLICO
Pepe Kubrick
127,6
Condensador de Fluzo
Zaphod42
123,2
Los Chicos Telepáticos 2
Douggy
114,6
mcgrady and friends
bishop77
91,8
Avenida Belmont
gunspector
85,4
Entelequia Israel
nachobsola
56



General





Rudy`s hairdresser
Marc Rampas
2462,2
Los Chicos Telepáticos 2
Douggy
2256,2
Thunder
dudotop69
2189,4
EL TIRADOR MELANCOLICO
Pepe Kubrick
2165,8
Paketes
kontor
2116,2
Condensador de Fluzo
Zaphod42
2023,8
Lopez Vazquezball
gominsky
1983,2
mcgrady and friends
bishop77
1834,4
Avenida Belmont
gunspector
1760,4
Entelequia Israel
nachobsola
1378,4