Así daba la sensación de que
llegaban Real Madrid y Barcelona a estas finales ACB de Liga Endesa, sin nada
en la reserva después de otra temporada larga casi al nivel de una franquicia
NBA, tanto que incluso Felipe Reyes llegó a aprovechar la presentación de estas
series finales para expresar su descontento por el calendario al nuevo
presidente de la ACB, Francisco Roca (una queja muy lícita, pero que debería
ampliar también a los mandamases de Euroliga)
Con la sombra de la duda sobre
el estado físico de los jugadores dentro de las finales, podía existir la
expectativa de encontrarnos con una serie de partidos de nivel bajo, dentro de
las posibilidades de los dos mejores equipos de nuestro baloncesto. El primer
encuentro ha despejado de un sonoro golpe todos los miedos. Nuestros dos
gigantes volvieron a ofrecer un espectáculo baloncestístico de primer orden en
el que el Barcelona demostró llegar más entero a estas finales (y hablando de
franqucias NBA, recordemos que los de Pascual cuentan con una plantilla de 15
jugadores, al estilo de los clubes estadounidenses, lo que les ha permitido
dosificar mejor a sus hombres)
La autoridad azulgrana desde
el salto inicial fue incontestable, con un Bostjan Nachbar en estado de gracia.
El esloveno es uno de los jugadores con la calidad más contrastada que han
llegado esta temporada a nuestro baloncesto, y en pocas ocasiones ha dado su
auténtico nivel. Malas noticias para los de Laso que decida despertar en las
finales. Los puntos del ex –NBA, desde el exterior o penetrando, sirvieron para
abrir pronto brecha en el marcador (9-20) a favor de un conjunto azulgrana al
que no descompuso ni la parada obligada por el apagón en el Palacio debido a la
inmensa tormenta acaecida en el centro de Madrid anoche, y cuando el primer
tiro no entraba ahí estaba un excelso Ante Tomic (absolutamente imparable con
17 puntos, 11 rebotes y 2 asistencias, el hombre clave del partido) haciendo
daño con el rebote ofensivo. Visto lo visto en los primeros minutos, que el
Real Madrid perdiese sólo de 7 puntos al sonar la bocina de fin del primer
cuarto parecía un buen resultado para los blancos.
Abrines sacó la metralleta. |
Una vez más el banquillo
madridista sostuvo a su equipo, encarnado en Sergio Rodríguez, Felipe Reyes y
un Jaycee Carroll recuperando su magia anotadora. Los blancos llegaron a
empatar a 27 mediando el segundo periodo, pero este Barcelona no se descompone,
y apareció el tiro exterior (Navarro y Abrines) para volver a estirar el
marcador con un parcial de 4-16. Doce puntos arriba que se quedaron en cuatro
al descanso, con otro parcial, ahora blanco (buenos minutos de Rudy) de 13-5
que dejaba el marcador en un ajustado 44-48. Un gran Barcelona sólo sacaba dos
canastas de ventaja a la hora de encarar los vestuarios, pero su sensación era
de manifiesta superioridad, sobre todo dentro de la zona y en el rebote.
En el tercer cuarto el Madrid
haría su mejor baloncesto del partido, y quizás de todos los play offs. Volvían
a recuperar el rebote, y eso les aseguraba volver a correr. Si no hay defensa y
rebote no puede haber contrataque, el arma favorita de Laso. Los blancos
llegaron a anotar 29 puntos en este periodo, en el que pudieron haber hecho
mucho daño. Con 73-68 tuvieron al menos un par de ataques para haber estirado
la renta a siete puntos, no lo aprovecharon y un mate de Dorsey en el suspiro
final del acto lo dejaba todo igualado de nuevo, 73-70. De haber podido entrar
en el cuarto definitivo 7 arriba lo hacían con sólo 3 de ventaja. Todo ello nos
dejaba un último periodo emocionante e igualado, con el partido en el alambre y
un constante balanceo en el marcador sin que ningún equipo tuviese el mando
definitivo. A poco de más siete minutos para el final Rudy ponía el 80-76, no
volvería a disponer su equipo de tanta ventaja en el electrónico desde ese
momento hasta el final. En el toma y daca final los blancos mostraron peores
sensaciones, cansancio, y fruto de ello precipitación, la que no tuvo el
Barcelona que seguía buscando a Tomic, quien con un alley-hoop a pase de Oleson
ponía de nuevo por delante a los azulgrana (82-83, mediado el cuarto) Ya nunca
abandonarían la delantera. A falta de poco más de un minuto la ventaja de los
de Pascual era de cinco puntos, aprovechando los tiros libres de un infalible
Navarro. Bourousis falló el lanzamiento clave que hubiera vuelto a meter a los
suyos en el partido, un triple desde la esquina librado, sin oposición. No era
mala opción, pero el balón no entró y Navarro siguió sentenciando desde la
línea de personal. 93-98. Curiosamente el mismo marcador del primer partido de
semifinales del equipo madridista frente al Unicaja, sólo que esta vez en su
contra.
El Barcelona golpea primero y
voltea el factor cancha frente a un Real Madrid que necesita ahora ganar tres
partidos en cuatro intentos ante su rival. Un rival que pese a las limitaciones
físicas propias del final de temporada parece tener mejores piernas y cabeza
(ambas cosas de hecho suelen ir unidas en el deporte de alta competición)
Realmente complicado. El criticado Pascual apunta a volver a levantar un título
esta temporada, algo que ya es tradición, y recuperar el cetro liguero. El Real
Madrid ha hecho una temporada sublime, saldada en títulos con la Supercopa y
Copa del Rey y con la buena imagen dada en Euroliga donde repiten subcampeonato.
Pero la pueden finalizar con un regusto realmente amargo. Y al bueno de Pablo
Laso, ya saben, hasta en el carnet de identidad le van a dar.
El Madrid no encuentra como frenar a Tomic. |
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