miércoles, 25 de junio de 2014

LA MATANZA DEL DÍA DE SAN JUAN


Los dos grandes mitos del Palau


El 14 de Febrero de 1929 los Estados Unidos de los “roaring twenties” (expresión con la que se designa aquella década especialmente tumultuosa y violenta en el país de las barras y estrellas) vivieron uno de sus episodios más célebres y sanguinarios con la matanza ordenada por Alfonso Capone contra la banda de “Bugsy” Moran. Ayer, día de San Juan, el “capo” Xavi Pascual ordenó una masacre similar pero cambiando las ametralladoras por demoledores y salvajes triples, absolutamente insalvables para la banda de Pablo Laso. El sanguinario Jack “Machine Gun” McGurn, pistolero a cargo de Capone en aquella matanza, encontró su reencarnación en un Juan Carlos Navarro que celebró su santo realizando uno de esos encuentros a la altura de su historia y que hacía tiempo que no le veíamos en un partido grande. Buenas noticias, por otro lado, de cara a las aspiraciones mundialistas de nuestra selección dentro de unos meses. 

En efecto, el capitán azulgrana dio un paso al frente para poner en franquía un nuevo título azulgrana y recuperar el cetro liguero tras una temporada agridulce en el club culé. Xavi Pascual, el criticado Xavi Pascual, siempre acaba levantando algún título, y parece que este año no quiere faltar a la tradición. Tarde de fiesta en un Palau que homenajeaba a su capitán, quien batía el record de partidos jugados en play offs superando a Rafa Jofresa. Por si fuera poco, durante el choque se convertía en el máximo anotador histórico en play offs ACB con la camiseta azulgrana por delante de nada menos que el otro San Juan mito de los santorales culés: Juan Antonio San Epifanio, Epi. No hace falta decir nada más.

Navarro, como decimos, avisó desde el principio, las dos primeras canastas, limpias y desde la media distancia llevaron su firma. Como la seda. Pero pronto empezaría el auténtico vendaval azulgrana desde el 6.75, con Nachbar como primer protagonista (vaya finales las suyas), enfrente el Madrid jugaba con paciencia buscando a un eficiente Bourousis, pero poco podían hacer frente a un rival que lo encestaba todo. 31 puntos firmaba el equipo local al término del primer cuarto, y parecían pocos vista su desorbitada eficacia exterior.    

El partido respondió a lo visto en los dos encuentros anteriores. El equipo que marca el inicio de salida y coge las primeras rentas obliga al rival a remar contracorriente, algo que a estas alturas de temporada cuesta un mundo. El Real Madrid no dio en ningún momento sensación de tener opciones. Sólo en los minutos finales del segundo cuarto, con dos ataques en los que perdía por 6 y 7 puntos respectivamente y malogrados ambos por un desafortunado Sergio Rodríguez, se pudo hablar de los madridistas metidos en el partido. No aprovecharon esos momentos y el Barcelona volvió a castigar desde el triple, como no, apareciendo Lampe, otro que se sumaba a la fiesta, con dos canastas desde esa distancia, que unidas a un alley-hoop de Huertas con Dorsey dejaba el marcador en un concluyente 52-40 para los barcelonistas. 

Tras el descanso simplemente no hubo partido. El Barcelona siguió con su festival y con otros dos triples consecutivos puso la máxima diferencia en el electrónico. Si el Real Madrid albergaba alguna esperanza de recortar diferencias con una buena salida tras el paso por vestuarios esos dos puñales las arrancaron de cuajo. Sin rival, lo único que quedaba era maravillarse ante una exhibición de tiro histórica, con 16 triples que suponen el record en play offs ACB desde la distancia. 16 de 28, un inmenso 57%, pero es que hubo momentos en que llegaron a estar en un 80% (8 de 10), y en varias ocasiones por encima del 70%.   

El Real Madrid, contra las cuerdas, obligado a ganar dos partidos consecutivos a su máximo rival. El primero de ellos en un Palau que ya huele la sangre. Al equipo blanco le puede costar levantarse más que a su propio técnico, Pablo Laso, dolido y lesionado con su tendón de Aquiles roto y quien tuvo que comparecer en silla de ruedas al partido de ayer. Una dolorosa metáfora del estado en el que se encuentra el equipo que maravillase a toda Europa hace tan sólo unos meses: roto. 



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