Los dos grandes mitos del Palau |
El 14 de Febrero de 1929 los
Estados Unidos de los “roaring twenties” (expresión con la que se designa
aquella década especialmente tumultuosa y violenta en el país de las barras y
estrellas) vivieron uno de sus episodios más célebres y sanguinarios con la
matanza ordenada por Alfonso Capone contra la banda de “Bugsy” Moran. Ayer, día
de San Juan, el “capo” Xavi Pascual ordenó una masacre similar pero cambiando
las ametralladoras por demoledores y salvajes triples, absolutamente
insalvables para la banda de Pablo Laso. El sanguinario Jack “Machine Gun”
McGurn, pistolero a cargo de Capone en aquella matanza, encontró su
reencarnación en un Juan Carlos Navarro que celebró su santo realizando uno de
esos encuentros a la altura de su historia y que hacía tiempo que no le veíamos
en un partido grande. Buenas noticias, por otro lado, de cara a las
aspiraciones mundialistas de nuestra selección dentro de unos meses.
En efecto, el capitán
azulgrana dio un paso al frente para poner en franquía un nuevo título
azulgrana y recuperar el cetro liguero tras una temporada agridulce en el club
culé. Xavi Pascual, el criticado Xavi Pascual, siempre acaba levantando algún
título, y parece que este año no quiere faltar a la tradición. Tarde de fiesta
en un Palau que homenajeaba a su capitán, quien batía el record de partidos
jugados en play offs superando a Rafa Jofresa. Por si fuera poco, durante el
choque se convertía en el máximo anotador histórico en play offs ACB con la
camiseta azulgrana por delante de nada menos que el otro San Juan mito de los
santorales culés: Juan Antonio San Epifanio, Epi. No hace falta decir nada más.
Navarro, como decimos, avisó
desde el principio, las dos primeras canastas, limpias y desde la media
distancia llevaron su firma. Como la seda. Pero pronto empezaría el auténtico
vendaval azulgrana desde el 6.75, con Nachbar como primer protagonista (vaya
finales las suyas), enfrente el Madrid jugaba con paciencia buscando a un
eficiente Bourousis, pero poco podían hacer frente a un rival que lo encestaba
todo. 31 puntos firmaba el equipo local al término del primer cuarto, y
parecían pocos vista su desorbitada eficacia exterior.
El partido respondió a lo
visto en los dos encuentros anteriores. El equipo que marca el inicio de salida
y coge las primeras rentas obliga al rival a remar contracorriente, algo que a
estas alturas de temporada cuesta un mundo. El Real Madrid no dio en ningún
momento sensación de tener opciones. Sólo en los minutos finales del segundo cuarto,
con dos ataques en los que perdía por 6 y 7 puntos respectivamente y malogrados
ambos por un desafortunado Sergio Rodríguez, se pudo hablar de los madridistas
metidos en el partido. No aprovecharon esos momentos y el Barcelona volvió a
castigar desde el triple, como no, apareciendo Lampe, otro que se sumaba a la
fiesta, con dos canastas desde esa distancia, que unidas a un alley-hoop de
Huertas con Dorsey dejaba el marcador en un concluyente 52-40 para los
barcelonistas.
Tras el descanso simplemente
no hubo partido. El Barcelona siguió con su festival y con otros dos triples
consecutivos puso la máxima diferencia en el electrónico. Si el Real Madrid
albergaba alguna esperanza de recortar diferencias con una buena salida tras el
paso por vestuarios esos dos puñales las arrancaron de cuajo. Sin rival, lo
único que quedaba era maravillarse ante una exhibición de tiro histórica, con 16
triples que suponen el record en play offs ACB desde la distancia. 16 de 28, un
inmenso 57%, pero es que hubo momentos en que llegaron a estar en un 80% (8 de
10), y en varias ocasiones por encima del 70%.
El Real Madrid, contra las
cuerdas, obligado a ganar dos partidos consecutivos a su máximo rival. El
primero de ellos en un Palau que ya huele la sangre. Al equipo blanco le puede
costar levantarse más que a su propio técnico, Pablo Laso, dolido y lesionado
con su tendón de Aquiles roto y quien tuvo que comparecer en silla de ruedas al
partido de ayer. Una dolorosa metáfora del estado en el que se encuentra el
equipo que maravillase a toda Europa hace tan sólo unos meses: roto.
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