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martes, 19 de mayo de 2015

Y EL MADRID INTERPRETÓ SU NOVENA




¡Campeones de Europa!



A la tercera fue la vencida, en una Final Four apasionante y con un nivel de juego más que aceptable teniendo en cuenta que en estas citas, por desgracia, el miedo a perder atenaza en exceso a los equipos y se suele practicar un baloncesto a cara de perro no demasiado agradable para el espectador. El Real Madrid, tras sus dos anteriores intentos frustrados, demostró en esta ocasión que sin perder de vista su estilo ni identidad, ya tiene el callo suficiente para saber pelearse en estas lides ante un rival tan experimentado en finales a cuatro como el Olympiacos. 

Y es que hay que hablar también del conjunto griego, un más que digno finalista que apeó de la gran final a un CSKA que una vez más y con la vitola de favorito a cuestas fracasó en la final a cuatro, demostrando que Europa definitivamente se le resiste pese a contar, año sí y año también, con el presupuesto más alto de la Euroliga. Itoudis, quien ganara cinco títulos continentales como asistente de Obradovic ha sido incapaz de insuflar alma a un equipo ruso cuya apatía en los momentos decisivos, personalizada sobre todo en sus dos grandes estrellas, Teodosic y Kirilenko, ha sido la actitud más opuesta posible a la de un siempre enchufado, combativo y peleón Olympiacos. Poco le importó al equipo de Sfairopoulos el mal partido de su estrella Spanoulis, quien falló sus once primeros tiros de campo. Sostenidos por un gran Printezis (14 puntos y 8 rebotes), los helenos no le perdían nunca la cara al partido. La máxima diferencia para los rusos no llegaba más allá de los 8 puntos (47-39 en el minuto 27) coincidiendo con los buenos minutos de Nando De Colo (18 puntos y 4 asistencias) Un parcial de 2-8 metía a los del Pireo nuevamente en el partido. El CSKA volvía a estirar el chicle, y a falta de cuatro minutos se volvía a la renta de ocho puntos (59-51) e incluso una canasta de Kaun ponía un 61-52 que en el minuto 37 parecía ya insalvable. Sloukas, en tiros libres, y De Colo, anotaban dos puntos para cada equipo, con lo que se mantenían los nueve de diferencia (63-54) Fue entonces cuando el tres veces MVP de la Final Four, Vassilis Spanoulis, se transformó de nuevo en el Demonio de Larissa. Su primer triple fue sólo un anticipo de lo que se avecinaba. Llevaba hasta el momento únicamente dos puntos anotados en tiros libres. Finalizaría el partido con 13 después de anotar 11 en los tres últimos 3 minutos, con 3 triples y una canasta de 2. Finalizó con un discretísimo 3 de valoración, por culpa de su 4 de 11 en tiros de campo… y sin embargo fue el héroe del partido. Otro episodio épico del club ateniense en Euroliga, y otro capítulo más en la excepcional carrera del genio llamado Spanoulis. Definitivamente enemigo número 1 de un CSKA que no pudo tomarse la revancha de la mítica final del 2012 

Con la satisfacción del deber cumplido veíamos al base-escolta griego en las gradas del Palacio asistiendo al segundo partido de la Final Four. Habitual estampa familiar con su mujer y sus hijos. Ella, embarazada, lo cual hacía encender las alarmas de los rivales. Y es que se da la curiosa circunstancia de que sus anteriores vástagos vinieron al mundo en 2009, 2012 y 2013, justo después de que su padre se coronase campeón de Europa y MVP de la Final Four. Pero en el Real Madrid no estaban para cábalas inseminatorias, bastante tenían con solventar la dificultad de enfrentarse a un Fenerbahce plagado de recursos y centímetros.     


La maldición del inseminador


Obradovic demostraba respeto de salida, dando la titularidad a un jugador secundario en su rotación como es el joven escolta Sipahi, encargado de frenar a los exteriores blancos, especialmente Llull. Carroll, por su parte, demostraba su evidente evolución defensiva con un magnífico trabajo frente a un Goudelock quien pese a acabar con 26 puntos no fue tan determinante como se esperaba, ya que en los primeros compases apenas vio aro gracias a la defensa del mormón, y la mayoría de sus puntos llegaron con el partido ya muy inclinado para los blancos. Quien sí mortificaba al equipo de Laso era Vesely. Con sus 8 puntos en un primer cuarto favorable para los turcos (20-21) demostraba la dificultad que supone para cualquier equipo defender a un siete pies que juega de alero. Y eso que no había aparecido Bjelica, quien finalmente no sería lo decisivo que su equipo hubiera deseado, incluso perdiendo las formas y siendo descalificado por una técnica en el último cuarto. Triste papel para el jugador que ha sido elegido MVP de la fase regular del torneo.  

El segundo cuarto vio al Real Madrid desplegar los mejores minutos de toda la Final Four, una exhibición de diez minutos que encarriló la victoria madridista con un salvaje parcial de 35-14. De hecho los blancos sólo ganaron ese cuarto, pero les fue suficiente para llegar a la final. Y fue la segunda unidad la responsable, además de un titánico Gustavo Ayon (llevaba 24 de valoración al descanso) Nocioni, Maciulis, Rivers y el citado Ayon, con Sergio Rodríguez llevando la batuta, obraron el despegue madridista. El lituano se vació en defensa, el pívot mejicano convertía en canastas todo lo que tocaba, el Chapu Nocioni ponía el carácter y el Chacho, en la dirección, conectaba una y otra vez con la pareja interior en vista de su buen rendimiento. Era un Madrid granítico que negaba el aro al rival, el Fenerbahce no lograría su primera canasta en juego hasta mediado el cuarto. Pero lo mejor aún estaba por llegar. K.C. Rivers llevó el éxtasis a las gradas con cuatro triples que desataban la tormenta perfecta sobre las filas del cuadro de Estambul. El Real Madrid cogía velocidad de crucero y se marchaba a los vestuarios con un incontestable 55-35. 20 puntos de ventaja y un dato asombroso: ni una sola perdida de balón durante los dos primeros cuartos.

El botín era suculento, pero había que cerrar el partido y erradicar una posible rebelión turca tras el descanso. Dos triples, uno de Llull y otro de Rudy, en los dos primeros ataques del tercer cuarto estiraban aún más la diferencia con un solo minuto del acto transcurrido. Jaycee Carroll se uniría a la fiesta con otra canasta desde esa distancia. El marcador comenzaba a recordar a la paliza del pasado año infligida al Barcelona en las semifinales de Milán. Igualmente la duda se instalaba en el imaginario madridista: “¿estaremos gastando hoy todas las balas?” Sin embargo, de ahí al final, el partido no iba a ser el paseo imaginado. Obradovic no estaba dispuesto a que la primera participación de un equipo turco en una final a cuatro ofreciese una imagen tan pobre. El Fenerbahce, pese a lo descomunal de la diferencia, iba a luchar hasta el final. Bogdanovic primero y Goudelock después se echaron el equipo a la espalda para hacer más decoroso el marcador hasta reducirlo a los nueve puntos de diferencia final. Pero la realidad es que no parecieron inquietar a los madridistas, a pesar de los problemas en faltas personales de los interiores blancos. Con Slaughter, Reyes y Ayon eliminados Laso tuvo que recurrir a un Bourousis que sigue mentalmente fuera del equipo (aunque el domingo ofreciera buenos minutos) Por otro lado, de no haberse desatado el infierno ofensivo del segundo cuarto, el encuentro no hubiera sido tan plácido para el Real Madrid en su segunda parte. De modo que el choque dejaba razonables dudas. El equipo de Laso había ofrecido un baloncesto de muchísimos quilates… pero sólo durante un cuarto. 

Dos días después la fiesta continuaba con CSKA y Fenerbahce cumpliendo el trámite de jugar el intrascendente partido por el tercer puesto. Los turcos parecían no estar por el asunto, yéndose a los vestuarios con un contundente 24-48 en contra. Llamada al orden de Obradovic y el Fenerbahce que reaccionó en la segunda parte, llegando incluso a empatar el partido a 77 a falta de tres minutos para el final. No culminaron la remontada y el CSKA, sin Teodosic (y sin comunicación oficial sobre su ausencia, se habla de posibles molestias musculares), cierra el podio continental, gracias a De Colo (17 puntos) y Aaron Jackson (12 puntos y 6 asistencias) El galo y el ex del Unicaja han sido de lo más positivo de un equipo ruso en el que vuelve a quedar señalado el mencionado Milos Teodosic, jugador de una calidad indiscutible pero con una preocupante facilidad para evaporarse en las grandes citas. Vuelve a sonar como futuro fichaje de relumbrón madridista. Espero que en la entidad blanca se lo piensen. Bjelica, a pesar de las dos derrotas, se quitó la espina del viernes dejando una soberbia actuación individual (18 puntos, 10 rebotes, 3 asistencias y 3 robos)  

Y llegó el momento esperado por todo el madridismo, desde la derrota en Londres en la final de 2013 ante el mismo rival que les esperaba en Madrid, y desde la siguiente oportunidad perdida en Milán frente al Maccabi Tel Aviv. Pablo Laso y su roster han trabajado muy duro con el objetivo de volver a asaltar el cetro continental. Era su tercera final consecutiva. Algo histórico y que deja a las claras la regularidad del proyecto Laso, pero que necesitaba de una vez consagrarse con un título que pudiese eliminar cualquier etiqueta de perdedores para un grupo de jugadores que llevaban largo tiempo esperando este momento, con el capitán Felipe Reyes a la cabeza. El  tercer grande de la Generación del 80 tras Pau Gasol y Juan Carlos Navarro ya tiene el título que le faltaba. Lo merecía. 

El Olympiacos buscaba el más difícil todavía. Después de Estambul en 2012 (final ante CSKA) y Londres 2013 (final ante Real Madrid), volver a tumbar al ganador de ocho copas de Europa en una finalísima en su propio feudo suponía un reto extraordinario para cualquier equipo que no tuviese en sus filas a ese hacedor de milagros llamado Spanoulis. Los griegos se certificaban como pesadilla y bestia negra para el CSKA Moscú. Quedaba por ver si sucedería lo mismo con el Real Madrid, por mucho que la pasada temporada los blancos les eliminasen en cuartos de final tras una intensa serie a cinco partidos.  

No hubo sorpresas en los cinco titulares, repitiendo de salida los jugadores que comenzaron las semifinales. La vieja guardia griega (Spanoulis, Mantzaris y Printezis) junto al fajador Dunston y el “falso” titular Darden (suele salir de inicio pero luego apenas cuenta para Sfairopoulos) por un lado, y Llull, Rudy, Ayon, Felipe y Carroll por los locales. El escolta de Laramie, como en semifinales, era el hombre asignado por Laso para defender al mejor anotador de los helenos, como sucediera con Goudelock en semifinales. Carroll ha tenido una actuación muy notable durante esta Final Four tanto en defensa como en ataque y ha sido uno de los hombres clave para la consecución del título. Hay que reconocer que de salida el Olympiacos logró imponer un ritmo más propicio para sus intereses, llevando el partido a terrenos duros y físicos, especialmente en la zona, donde el Madrid se estrellaba una y otra vez en cada ocasión que intentaba meter un balón interior. Por tanto el 6-1 de inicio, tras un espectacular mate de Rudy al alcanzar un rebote ofensivo fue una ilusión pronto disipada por el buen trabajo griego, eficiente atrás y encontrando en Matt Lojeski a su revulsivo ofensivo. 10 puntos anotó el belga en un primer cuarto que finalizaba 15-19 para Olympiacos.   

Como sucediera ante Fenerbahce, el segundo acto fue clave para el devenir del partido, sólo que en esta ocasión sin el brillo ofensivo de las semifinales. El Madrid se puso el mono del trabajo, y en unos minutos en los que a ambos equipos anotar les costaba un mundo hacía falta la aparición de algún héroe inesperado que liberado de presión arrojase luz en un partido demasiado trabado y oscuro. Esa figura la encarnó Jonas Maciulis. Dos triples frontales sacados desde muy arriba evitando el punteamiento del defensor metieron a su equipo definitivamente en el partido e incluso permitieron las primeras ventajas del cuarto. El lituano anotó ocho puntos en ese segundo parcial, cerrado por otro triple de Rivers que demostraba que aún se había guardado alguna bala tras su exhibición del viernes. El marcador de aquellos diez minutos había sido 20-9, lo que ponía un resultado total de 35-28. A partir de la defensa y los triples de Maciulis el Real Madrid encontraba el camino. 

Nos hemos referido durante esta temporada en varias ocasiones a lo bien que sienta al equipo de Laso el paso por los vestuarios, realizando terceros cuartos soberbios en los que suele encarrilar sus victorias. No fue así en esta ocasión, de hecho el tercer periodo ofreció los mejores momentos de los griegos. Y eso que un parcial de 5-1 (canasta de Llull y triple de Rudy, por un tiro libre de Mantzaris) estiraba la diferencia hasta once puntos (40-29) Pero si hay un equipo al que nunca puedes dar por muerto es el Olympiacos, siempre llamado a épicas remontadas para el recuerdo. Con un parcial de 0-10 se pusieron por delante (40-41) llevando el delirio a los aficionados griegos y la congoja a los locales. Sloukas se echaba el equipo a la espalda, Lojeski seguía demostrando su facilidad anotadora, y en ausencia de Spanoulis, siempre bien vigilado, aparecía su fiel escudero Printezis. En el ambiente se comenzaba a respirar cierto “deja vu”. Una película que ya habíamos visto. Uno de los púgiles, el griego de calzón rojo, se iba varias veces a la lona pero en ningún momento recibía el KO, para recuperarse y en un emotivo final acabar alzando los brazos como campeón. Era una lucha contra la historia reciente, contras los propios fantasmas que han azotado el basket madridista en las tres últimas temporadas. Se necesitaba, una vez más, alguien que sintetizase una mezcla de fe y ausencia de miedo, de decisión y de inconsciencia, tal y como hiciera Maciulis antes del descanso. Alguien, en definitiva, a quien no le temblase el pulso. Con Jaycee Carroll en la cancha, ya pueden imaginar quien decidió arrogarse tal papel.   

Su primer triple llegaría tras fallo del Chacho y rebote ofensivo de Ayon. Acto seguido otro a pase de Slaughter, demostrando la importancia del juego dentro-fuera, y aún otro posterior escorándose para zafarse de la defensa de un impotente Spanoulis que ponía en pie al rey Felipe VI incrédulo ante la exhibición del tirador de Laramie. Aún anotaría otra canasta más, de dos puntos, y robaría un balón a un Spanoulis al que le ganó claramente la partida, para servir un contrataque claro a Sergio Rodríguez. La magia de Carroll dejó las cosas como estaban antes del descanso, ya que se cerraba el cuarto con el Real Madrid siete arriba de nuevo, 53-46. Carroll, el héroe que había sofocado la rebelión, y una nueva reivindicación de la figura del tirador, ese jugador a veces loco y anárquico capaz de poner de los nervios a sus propios aficionados, pero igualmente capaz de reventar partidos.     


Jaycee destapó las esencias


El cuarto definitivo se abría con un triple de Nocioni que ponía los diez puntos de ventaja. El argentino anotaría otro que volvía a poner la decena a tres minutos del final y que ya, sin ninguna duda, le hacía acreedor de un merecídisimo MVP de la Final Four. En general el Real Madrid no pasó apuros durante el último parcial, manteniendo siempre unas distancias entre 6 y 10 puntos, suficientes para controlar el partido, pero también indicadoras de que no cabía la relajación y había que cerrar el partido. Finalmente los griegos parecieron bajar los brazos y Sergio Rodríguez campó a sus anchas para establecer una rotunda diferencia final de 19 puntos. El Real Madrid, con toda justicia, campeón de Europa. 

Se dice que la victoria tiene muchos padres y la derrota es huérfana. La cita se refiere a lo fácil que nos colgamos medallas, pero lo igualmente rápido que nos lavamos las manos y declinamos responsabilidades cuando vienen mal dadas. No así el juicio exterior, que siempre encuentra culpables y suele ser en la figura más débil. Tenemos muy claro que de haberse producido una nueva derrota en esta final todas las miras irían en la misma dirección: Pablo Laso. También tenemos claro que aun habiendo perdido Laso seguiría siendo un magnífico entrenador para el Real Madrid con un gran trabajo realizado. Jugar tres finales de Copa de Europa consecutivas es una absoluta barbaridad. No obstante, aquellos quienes piensen que Laso hubiera sido máximo responsable de la derrota, en un ejercicio de coherencia deben considerarlo igualmente máximo responsable de la victoria. Para nosotros así es y por eso ayer quisimos dedicarle la primera entrada post-Final Four. Pero en este caso sí que es cierto que es una victoria con muchos padres. Hay que acordarse de Herreros y Juan Carlos Sánchez, a los que se les ha atizado sin piedad por haber construido un equipo campeón. Nocioni, Ayon, Maciulis y Rivers, cuatro jugadores fichados esta temporada, han resultado decisivos en la máxima cita continental. Se ha fichado bien, y sin perder las señas de identidad del equipo se ha apuntalado los defectos que quedaron al trasluz, sobre todo en cuanto a dureza mental, en las dos finales perdidas anteriormente. Hay que felicitar a los jugadores, del primero al último. Todos ellos generosos en la cancha independientemente del minutaje concedido. Los dos sergios han dirigido bien y aunque no han tenido tantos focos como en otras ocasiones han sabido buscar a los compañeros más calientes en cada momento. En las alas Carroll, Rivers y Maciulis han sido fundamentales tanto en ataque como en defensa. Rudy no ha sido todo lo estelar que se podría esperar en una cita como ésta, pero precisamente hay que valorar como ha sabido estar en un segundo plano pese a ser, mediáticamente, la estrella del equipo. Felipe Reyes, el gran capitán, ha jugado dos de sus peores partidos de su larga carrera, pero en ningún momento ha antepuesto su participación individual al éxito colectivo. Slaughter ha vuelto a responder a la confianza de Laso. Su intensidad y defensa le convierten en un seguro para este equipo. Ayon deslumbró en semifinales, y Nocioni ha sido el mejor por juego y carácter. Hasta Bourousis ha parecido aparcar su apatía habitual para aportar con los pocos minutos que ha tenido. Tampoco hay que olvidarse de Facundo Campazzo, empujando desde el banquillo y haciendo piña, ni de Salah Mejri, que aunque descartado para esta Final Four es otro campeón de Europa con todas las letras. Laso, arquitecto e ideólogo de este equipo de ensueño, demuestra su madurez como técnico. Cada vez mejor entrenador, más versátil, y capaz de ir solucionando cada problema que se le presenta (Felipe Reyes se cargó con dos faltas personales en el primer minuto de semifinales, por poner un ejemplo) Ha logrado tener enchufado a todo el grupo sin caer en la sobreexcitación. Es el triunfo de un baloncesto deslumbrante en la pista, pero humilde y tranquilo en las formas. Es el éxito del buen juego, desacomplejado, rápido y abierto, por encima de sesudas y plomizas tácticas que asfixian el talento de los jugadores. Como los mejores directores de cine, Laso ha dejado que lo bueno sea lo que vemos delante de la cámara.   

Se dice que lo difícil de verdad no es llegar, si no mantenerse. El reto ahora para Laso y sus jugadores es conservar el hambre una vez que se ha alcanzado lo máximo a lo que se puede aspirar a nivel de clubes. Se les va a exigir en base al listón actual, lo cual llegará un momento en el que no sea del todo justo, simplemente porque hay que entender que en la vida hay que cumplir ciclos, y eso implica que alguno de esos ciclos sea un ciclo perdedor, por mucho que le cueste aceptarlo al madridismo. Esa será otra historia, sin duda, ahora toca disfrutar y celebrar en la medida de lo posible en un club con tan poca memoria y para el que lo conseguido ayer ya no importa al día siguiente. Después de 20 años de la última conquista del cetro europeo, bien harían en saber valorarlo como se merece y no volver a cargar a este grupo de urgencias que no hacen sino lastrar las auténticas posibilidades de un equipo para la historia.     

Enhorabuena también al equipo junior igualmente campeón del torneo con un Luka Doncic (elegido MVP) de quien asusta pensar donde puede estar su techo.  



El Madrid y sus dos mvps, Doncic y Nocioni




EL QUINTETO DE LA FINAL FOUR: 

SERGIO RODRÍGUEZ (REAL MADRID) 12 ptos y 5.5 asists por partido. 12 valor.
ANDREW GOUDELOCK (FENERBAHCE) 25 pts, 4 rebs y 3.5 asists p.p. 24 valor.
NEMANJA BJELICA (FENERBAHCE) 14.5 pts, 7.5 rebs, 2.5 asists y 2 robs. 19 valor.
ANDRES NOCIONI (REAL MADRID) 12 pts, 6.5 rebs y 1.5 asists. 18 valoración.
GEORGIOS PRINTEZIS (OLYMPIACOS) 12.5 pts, 5 rebs y 3.5 asists. 16.5 valorac. 


ENTRENADOR: 


PABLO LASO (REAL MADRID)

miércoles, 13 de mayo de 2015

EUROPA BUSCA NUEVO MONARCA (II)



Laso, en otra Final Four



Tiempo para analizar el segundo partido de la Final Four, que enfrentará el viernes a las nueve de la noche al anfitrión, un Real Madrid que ha disputado dos finales consecutivas, y un Fenerbahce que se convierte en el primer equipo turco en llegar a una final a cuatro, después de haber fabricado a golpe de talonario algunas de las plantillas más poderosas de Europa en los últimos años pero que fracasaban a la hora de la verdad en la cita continental. Tenía que ser Obradovic, quien si no, el hombre encargado de llevar al baloncesto de clubes turco a subir ese peldaño que tanto se les resistía. Y no ha sido tarea fácil, ya que el pasado curso Zeljko contaba a su disposición con una plantilla tan deslumbrante o más incluso que ésta, con cestistas del nombre y la calidad de Bo McCalebb, Linas Kleiza o el ahora jugador de Brooklyn Nets Bojan Bogdanovic. Incluso nos dejaron un poco “huérfana” la ACB al llevarse a quien era el jugador más valorado hasta el momento, Blagota Sekulic, en vísperas de una histórica participación en Copa del Rey del Iberostar Tenerife, para paliar las bajas por lesión de sus interiores Vidmar y Zoric. Y es que para las liras turcas en el baloncesto de clubes europeo de hoy día nada parece imposible. Por eso no puede calificarse si no como fiasco que el pasado curso no avanzasen más allá del Top 16, fase en la que cayeron después de ganar sólo 6 partidos de los 14 disputados, con una dolorosa última derrota en Vitoria ante el Baskonia por más de 20 puntos. Hasta Obradovic en ocasiones conoce las hieles del fracaso.

Tocaba intentarlo de nuevo, y no iba a ser por falta de presupuesto. ¿Qué se va Bojan Bogdanovic?, vamos por Bogdan, exterior serbio que a menudo es confundido (y es comprensible) con el alero croata. La batuta del equipo se le da esta temporada a un base tan experimentado como Nikos Zisis (aunque comenzó el curso con el Unics Kazan), quien ya sabe lo que es ganar Euroliga (2008, vistiendo la camiseta del CSKA) Los tentáculos turcos llegan hasta la NBA, donde un Jan Vesely desencantado por sus pocos minutos en la mejor liga del mundo (aun así llega a jugar una media de 15 minutos por partido, que ya quisieran muchos europeos de su edad) se pone a las órdenes de Obradovic en un club que libera los 3.3 millones de euros que cobraba el lituano Kleiza, a la sazón el jugador mejor pagado de Europa la pasada temporada. Ricky Hickman, campeón de Europa en 2014 con el Maccabi, es otro de los deseos hecho realidad del técnico serbio. Otro jugador experimentado y ya clásico en el basket continental con capacidad para jugar de base o de escolta, y cuya baja actualmente por lesión ha trastocado en cierta manera los planes de Obradovic. Pero la dinamita de verdad llegó con Andrew Goudelock. Uno de esos americanos con capacidad insultante para anotar y en cuya primera aparición europea, la pasada temporada con el Unics Kazan, le vimos convertirse en MVP de la Eurocup gracias a sus 18.8 puntos por partido. Una pesadilla para cualquier defensa. Si los aficionados madridistas aún sufren pesadillas recordando a Tyrese Rice en la final de Milán deberían prepararse para lo que les espera con Goudelock. No en vano hablamos del tercer máximo anotador de la competición por detrás de Rochestie y Marjanovic. Aunque quien se ha convertido en el hombre clave de los turcos es un viejo conocido de la ACB como Nemanja Bjelica, jugador mejor valorado del cuadro turco con 18.30 de index rating. A sus 27 años recién cumplidos y sin haber alcanzado aún su techo, se trata simplemente de uno de los jugadores más completos de Europa, y capaz de jugar en cualquier posición en la pista con sus 2.09 de estatura. 

Ciertamente, la versatilidad parece la gran baza del Fenerbahce y lo que hace que el Real Madrid se enfrente a un rival realmente complicado de defender, debido a su capacidad para hacer daño por muy distintos caminos, pero todos ellos efectivos. En nuestra anterior entrada nos referíamos a Kirilenko como el jugador más completo de la Euroliga por su capacidad para aportar en todas las facetas del juego, y lo incluíamos en un pequeño listado de jugadores de estas características, citando al propio AK-47 además de Bjelica, Vesely, Preldzic, Khryapa y Rudy Fernández. De este sexteto de jugadores “totales” tres tienen algo en común (Bjelica, Vesely y Preldzic): visten la camiseta del Fenerbahce. Polivalencia en estado puro. ¿Cómo defiendes a tres aleros que son tan capaces de subir el balón como de dirigir el ataque estático, correr contrataques, jugar al poste, o incluso jugar por encima del aro (caso de Vesely y su impresionante salto vertical)? Un auténtico rompecabezas para Laso, y una bendición para Obradovic.   


Bjelica, Vesely y Goudelock, al servicio del MIT


No sabemos si Zeljko Obradovic, ganador de ocho euroligas, y recordado sobre todo por sus cinco obtenidas con un Panathinaikos de leyenda, es el mejor entrenador de Europa. Procuramos huir de ese tipo de enunciados categóricos que no hacen si no distraer un análisis mucho más certero sobre este deporte. Si algo nos ha enseñado la historia es que dependen muchos factores, tales como el contexto, la situación, rivales y plantilla (y por encima de todo la veracidad de que los entrenadores están en manos de los jugadores) Ettore Messina es el mismo entrenador  poseedor de los mismos conocimientos que lleva a la gloria al CSKA y fracasa con estrépito en el Real Madrid, por poner un ejemplo de técnico capaz de vivir dos realidades absolutamente opuestas en cuanto es cambiado de un contexto a otro. Pero si hay algo que admiramos de Obradovic es su capacidad para amoldarse y sobrevivir en un baloncesto cambiante, actualmente de ritmo más rápido que aquel juego espeso con el que consiguió sus primeros títulos y comenzó a forjar su leyenda. El no ser prisionero de un único estilo es lo que hace a Obradovic, en nuestra opinión, superior a técnicos como Maljkovic o Messina, triunfadores en su momento pero que se han visto superados cuando (gracias a Dios) los jugadores decidieron que podían jugar a esto mirando el aro rival y no el cronómetro. Si con el Joventut es capaz de ganar una Copa de Europa anotando menos de 60 puntos, en sus mejores años en Atenas nos deja finales como la de 2007 cuando derrota al CSKA en un partido para el recuerdo resuelto por 93-91. 

Cabía preguntarse por tanto, en vista de la capacidad permeable de Obradovic, si este Fenerbahce es un equipo hecho a su medida, o ha sido el entrenador serbio quien ha sabido adaptarse a una plantilla tan versátil. Lo que si tenemos claro es que hablamos de un equipo que por calidad de roster merece máxima consideración como uno de los favoritos claros a ganar el cetro europeo. Los roles bien definidos de Zisis en la anotación y Bogdanovic y sobre todo Goudelock (jugador con licencia para saltarse la pizarra de Zeljko) en la anotación, y un juego interior clásico con dos torres como Erden y Savas y la calidad de movimientos y juego de pies de Zoric. A todo esto súmenle el juego total de los mencionados Vesely, Prelzdic y Bjelica, y comprenderán el miedo que nos provoca el equipo turco, máxime sabiendo que superan a los blancos en el rebote (36,26 por 34,89), diferencia que se hace más dolorosa en el ofensivo (11,33 por 10,64)  que en el defensivo, donde casi son parejos (24,93 los de Obradovic por 24,25 los de Laso) Parece claro que una de las claves para los anfitriones pasa por cerrar su rebote, aspecto que no está siendo precisamente su fuerte durante esta campaña. 

El Real Madrid se encomienda a la magia del Palacio, escenario donde maneja un elevado porcentaje de victorias (esta temporada sólo ha perdido un partido como local en Euroliga y ninguno en ACB, la única derrota que ha sufrido en su cancha ha sido contra el Estudiantes, pero jugando como visitante, en competición doméstica, y frente el Unics Kazan en primera ronda de la liga europea), pero donde se ha acostumbrado también peligrosamente a la épica y a las remontadas, ganando demasiados partidos de manera muy ajustada. Luego está la presión añadida del anfitrión, una condición nada favorable si nos atenemos a la historia de los grandes torneos (y no hay más que recordar el pasado Mundial de baloncesto celebrado en nuestro país) Un arma de doble filo para un club instalado en la urgencia e incapaz de gestionar aspectos como el favoritismo y saber traspasarlo a sus rivales, quienes en este caso manejan mayores presupuestos que el que dedica la entidad blanca a su sección de baloncesto. Jugar una tercera Final Four consecutiva es un éxito rotundo, y sin embargo da la sensación de que no vale de nada si no se consigue el título, pese a que durante muchos años y hasta la llegada de Laso el Real Madrid había perdido condición de elite europea y las finals four sólo se veían por la tele. Esa presión excesiva con la que carga siempre esta plantilla, empezando desde un presidente con la guillotina preparada si hay el mínimo error hasta parte del aficionado de a pie incapaz de valorar el éxito que supone simplemente la presencia en una Final Four, parece lastrar en ocasiones el potencial de un equipo acongojado por el miedo frente a escuadras que jugaban liberadas de presión al no ser favoritos, caso del Olympiacos de hace dos temporadas (por mucho que fueran vigentes campeones en aquel momento) o el Maccabi Tel Aviv el año pasado.


Obradovic levantado títulos, una imagen muy habitual


No tiene el Real Madrid 2015 el brillo fulgurante de la pasada temporada, cuando era un highlight constante y cada partido era un auténtico espectáculo. A cambio ha reforzado su músculo y endurecido su carácter. El ejemplo más claro es la llegada de Nocioni tras la marcha de Mirotic, cansado de luchar por la Euroliga, a la NBA. El Chapu es un jugador muy alejado de aquel intenso forward que llevara al Baskonia a codearse con los mejores equipos de Europa a mediados de la década pasada, pero su garra está fuera de toda duda. Es el cambio más significativo, el más indicativo de una nueva tendencia, en un roster que esta temporada contaba con hasta cinco caras nuevas (el citado Nocioni, Maciulus, Campazzo, Rivers y Ayon) Casi medio equipo, algo habitual en la mayoría de equipos europeos, pero más llamativo dentro de un proyecto que parecía tener clara su identidad y filosofía. Afortunadamente la base del estilo Laso sigue presente, con una guardia pretoriana formada por el cuarteto nacional que conforman los dos sergios, Rudy Fernández y Felipe Reyes. Ambos bases siguen gozando de libertad para imprimir velocidad de crucero y jugar a campo abierto. Rudy, en su madurez, ejerce de jugador franquicia, quizás demasiado precipitado e individualista en algunos ataques, pero se le perdona viendo su hiperactividad en defensa y rebote. Felipe Reyes por su parte vive una extraordinaria segunda juventud y está en uno de los mejores momentos de su carrera, una trayectoria ejemplar a la que le sigue faltando levantar la copa de campeón de Europa.   

Sabemos que el Real Madrid es un equipo con muchas opciones de victoria cuando les acompaña la inspiración desde el perímetro, pero también que sufren demasiado cuando no entran los triples. El Fenerbahce se mueve en un porcentaje similar a los blancos en el acierto exterior (un 37%), pero con una sustancial diferencia, y es que el Real Madrid (con un partido más) ha lanzado unos 150 triples más que los turcos durante todo el torneo. Nadie ha lanzado tanto desde fuera esta temporada en Euroliga como el conjunto blanco. Otro arma de doble filo ante un equipo que de dos también presenta un porcentaje muy parejo al madridista (54,26 los turcos por 53,82 los españoles) Haría bien el Madrid en preparar posibles “planes b” si no entran los triples, más allá del juego al poste de Felipe y Nocioni (el argentino, con los años, cada vez menos en esa zona y más acostumbrado a lanzar desde fuera, es decir, a pelear menos) o esporádicos alley oops para Ayon y Slaughter. Veremos cómo está la cabeza de Bourousis, jugador totalmente apático durante esta temporada. 

Acierto en el triple y cerrar el rebote (ante un rival con una media de centímetros muy superior), parecen dos mandamientos casi obligados para los de Laso si quieren superar a un contrincante tan fuerte como el Fenerbahce. Pero insistimos que el peligro turco de verdad, su gran baza, y por la que son un candidato tan claro a campeón de Europa, es en su trío de aleros capaces de jugar en cualquier posición: Prelzdic-Bjelica-Vesely, con sus 2.06, 2.09 y 2.10 de estatura respectivamente, y la dificultad para los Rudy, Maciulis y Rivers de defender a estos jugadores. En ese sentido parece que la batalla táctica ya la tiene ganada Obradovic de antemano. 


En el recuerdo la Final Four de 1967 (segunda de la historia y última hasta que en 1988 se retomó el formato) disputada en Madrid en el antiguo Pabellón de la Ciudad Deportiva del Paseo de La Castellana, donde el club blanco se coronó campeón de Europa por tercera vez en su historia tras derrotar primero a un clásico como el Olimpija Ljubljana y posteriormente al mítico Simmenthal Milán del legendario Cesare Rubini. Era el Madrid de Emiliano, Luyk, y, como no, el maestro Pedro Ferrándiz en el banquillo. Aquel Real Madrid empezaba a forjar una gloriosa leyenda. La misma que quiere labrar un Fenerbahce que con una plantilla impresionante y el entrenador más laureado del continente supone la prueba de fuego más dura que el equipo de Laso ha tenido hasta el momento en sus participaciones en finales a cuatro.   


Dos mitos, Luyk y Ferrándiz, celebrando la copa del 67.

jueves, 22 de agosto de 2013

EUROBASKET 2013. GRUPO B: LA EUROPA DEL ESTE


En efecto, el Grupo B del próximo Eurobasket de Eslovenia bien podría ser una liguilla de la Europa del Este, con cuatro selecciones provenientes de la antigua Yugoslavia (Bosnia, Macedonia, Montenegro y Serbia) y dos ex –soviéticas (Lituania y Letonia) 

Serbia y Lituania deberían hacerse con las dos primeras plazas del grupo. La selección de Dusan Ivkovic, tras unos años de ignominia, volvía a la elite del baloncesto continental con su plata hace cuatro años en Polonia. Con un grupo de jóvenes jugadores sólo quedaban un peldaño por debajo de una potente España que conseguía con Sergio Scariolo el deseado primer oro europeo. Parecía por tanto que el futuro inmediato continental era serbio. Sin embargo no fue así y el grupo no creció como se esperaba. Pese a su buen papel en el posterior Mundial de Turquía (aquel triple de Teodosic en cuartos de final contra nosotros), donde cayeron por un solo punto en semifinales frente a los anfitriones y posteriormente Lituania les dejó sin bronce, en el último Europeo, precisamente en tierras lituanas, no pasaron de la segunda ronda, quedándose por tanto sin posibilidad de acudir a los Juegos de Londres. Toca resarcirse por tanto en una selección que presenta ausencias notables (Savanovic, Macvan, Velickovic) y con el ciclotímico Teodosic recuperándose de una lesión. Muchas dudas por tanto en una selección que contará con el indiscutible liderazgo de Nenad Krstic en la pintura y en la que deben ser importantes jugadores como el joven alero Bogdan Bogdanovic o el todoterreno Nemanja Bjelica.    


Ivkovic busca enderezar el rumbo del basket serbio.


Lituania vivió su particular batacazo como anfitriones hace dos años, cuando una sorprendente Macedonia les dejó fuera de la lucha por las medallas (aquel triple de Ilievski). Duro golpe para un país en el que el baloncesto es religión. Superada definitivamente la transición de la grandisima generación que supusieron los Jasikevicius, Siskaukas, Kaukenas y compañía, se seguirán basando en las quintas del 85 y 86 (Kalnietis, Pocius, Seibutis, Maciulis… y por supuesto Kleiza como gran estrella), pero la gran esperanza se sigue concentrando en sus dos jóvenes y talentosas torres NBA, Motiejunas y Valanciunas. El entrenador Kazlaukas suele ser garantía de buen baloncesto y fluidez ofensiva. Selección a seguir. 

Macedonia debería aspirar cuanto menos a la tercera plaza del grupo, si bien es difícil pensar que puedan repetir el éxito de semifinales de hace dos años, cuando fueron la selección revelación. Algunos jugadores veteranos con muchos partidos más en sus piernas y la ausencia del factor sorpresa juegan en su contra para repetir hazaña. Mantienen el bloque del pasado Eurobasket, con McCalebb como gran líder, pero sin el héroe nacional Marin Dokuzovski a la pizarra, sustituido por el esloveno Ales Pipan.    


McCalebb volverá a ser el ídolo de la selección de los ocho rayos.


Bosnia Herzegovina buscará dar, por fin, la campanada, con un grupo de jugadores no escaso de talento donde destaca sobremanera la figura del excelso tirador Mirza Teletovic, alfa y omega de su combinado. A su lado se espera producción anotadora de la eterna promesa Djedovic, intimidación en la pintura de Sinanovic y sus 222 centímetros, y el oficio del base americano nacionalizado del Brose Bamberg germano Zack Wright. El pívot Elmedin Kikanovic será otro de sus jugadores claves. Todos dirigidos por un nombre tan reconocible como el de Aleksandar Petrovic. 

Montenegro es otro de esos pequeños países que no cesa de generar buen baloncesto y fantásticos jugadores. Sufrirán la ausencia de su gran estrella el pívot compañero de Ricky Rubio en Minnesota Nikola Pekovic, pero cuentan con uno de los jugadores revelación en la pasada campaña NBA como es Nikola Vucevic (quien finalizaba 2012 firmando 20 puntos y 29 rebotes ante Miami Heat). Aún no tienen definido el roster (los bases americanos Tyrese Rice y el ex –baskonista Taylor Rochestie jugándose la plaza de naturalizado son una de sus dudas), pero se supone que al lado de Vucevic han de brillar el talentoso pero a menudo apático Vladimir Dasic y una de las sensaciones de la pasada Liga Endesa como ha sido el joven Bojan Dubjlevic. Buenos mimbres para dar más de algún susto.  


LeBron y compañía asistieron a la consagración de Vucevic.


Letonia parece a priori la cenicienta del grupo, a la espera de que vayan llegando las nuevas generaciones (plata en el último Europeo sub20… en la lista previa de hecho han incluido al alero Janis Berzins) El base-escolta Janis Blums sigue siendo el jugador más reconocible en un equipo que si logra ganar algún partido ya podría calificarse de sorpresa. En un grupo en el que Serbia y Lituania han de disputarse el primer puesto y tanto Macedonia, como Bosnia como Montenegro no sólo no pueden permitirse tropiezo alguno si no que han de intentar obtener los mayores averages posibles, apenas podemos dar opciones a los letones. Personalmente recomendaría prestar atención a Rihard Kuksiks, jugador muy estancado pero con una de las mejores mecánicas de tiro del continente.   

NUESTRO PRONÓSTICO: 

1º LITUANIA
2º SERBIA
3º MACEDONIA
4º MONTENEGRO
5º BOSNIA

6º LETONIA  

martes, 5 de marzo de 2013

FUNAMBULISTAS SIN RED


Sito Alonso: morir matando.



Interesante la última jornada de Liga Endesa, y muy clarificativa sobre el papel definitivo que pueden desempeñar algunos equipos de aquí al final de la Liga Regular. Por la parte de arriba salvo cataclismo los dos primeros puestos ya parecen adjudicados a Real Madrid y Caja Laboral, mientras que el Barcelona tendrá que luchar por asegurar la tercera plaza, lo cual supondrá jugarse unas semifinales por el título sin factor cancha. Visto lo visto con el equipo de Pascual, poco parece importar. A la hora de competir de verdad, de jugarse los títulos, son el peor enemigo posible. 

Si la segunda plaza ya parece inalcanzable para los azulgranas ha sido por su derrota frente a un Caja Laboral con quien parece destinado a verse las caras continuamente esta temporada, entre Copa del Rey, Liga y Euroliga. A priori era el duelo de la jornada, y los vitorianos salieron decididos a romper la racha de 14 triunfos consecutivos que llevaban acumulados los de Pascual. Curiosamente a finales de Enero, y en competición europea, y también a domicilio, era el Barcelona quien rompía una racha brutal de 17 victorias consecutivas de los de Zan Tabak. Y es que ya decimos que este curso culés y baskonistas parecen condenados a bailar pegados en las fiestas de instituto de nuestro baloncesto ACB. Pese a lo ajustado del marcador final (67-69), la victoria visitante es justa, siendo el equipo alavés dominador del partido prácticamente desde el salto inicial. El partido supuso un paso más en el doctorado del completo alero Nemanja Bjelica, el mejor del encuentro con 24 de valoración con tan sólo tres lanzamientos de tiros de campo. La derrota blaugrana vuelve a sumir en dudas a un equipo que peligrosamente muestra una cara totalmente diferente cuando no puede contar con su capitán Juan Carlos Navarro. Independientemente de la producción del genio catalán cuando esté en pista, parece que su sola presencia es capaz de canalizar positivamente un juego azulgrana que cuando sufre su ausencia vuelve a mostrar su peor semblante. El de un equipo plúmbeo y pastoso demasiado empeñado en buscar balones dentro y alargar las posesiones.    


Nemanja Bjelica, camino del jugador total.


Tomando cada vez mayor distancia sobre el Barcelona (tercero, balance 14-9), y con la única amenaza del Caja Laboral (segundo, 19-4), continúa ejerciendo un tiránico liderato el Real Madrid de Pablo Laso. En la mañana del domingo recibían a un batallador UCAM Murcia que luchó por no descolgarse en demasía del partido y no salir literalmente apalizado, ya que el conjunto blanco fue netamente superior de principio a fin, con un poco lo de siempre, todo el mundo aportando, Mirotic sobresaliendo, y sobre todo un magistral 13 de 27 en lanzamientos triples. Curioso el gran partido que se marcó por parte visitante Kim Tillie. Y decimos curioso porque el jugador francés apenas estaba promediando 6 de valoración esta temporada… ayer se fue a los 24. Su mejor partido del curso con diferencia. Pero es que curiosamente su segundo mejor partido fue también contra el Madrid, en el encuentro de ida (18 de valoración), y también ha hecho buenos partidos contra Herbalife Gran Canaria o Caja Laboral. El resto de su estadística habla de una temporada muy pobre con constantes partidos de escasa valoración y muchos de ellos en negativo. Y es que no cabe duda de que hay rivales que motivan más que otros, así como el hecho de saber que las cámaras de televisión están por medio. Seguro que su entrenador agradecería que se aplicase de igual manera fuese cual fuese el rival. Lo cierto es que el Madrid sigue dominando con mano férrea la tabla clasificatoria (22-1) y los murcianos ven cada vez más lejos la machada de meterse en play offs (decimosegundos, 10-13)   

La gran sorpresa de la jornada se dio en Valencia. La buena trayectoria del equipo de Perasovic esta temporada sufrió un duro revés con la derrota frente al joven Cajasol de Aito. No obstante, y sin querer colgarnos medallas, al finalizar la primera vuelta desde aquí anunciamos que veíamos a los sevillanos como claros candidatos a ser el equipo revelación de la segunda vuelta de la temporada regular. Y eso a pesar de no contar con Latavious Williams. Pero Satoransky, amigos, ese es el hombre. Disfruten de él mientras puedan en nuestra liga porque creo que la próxima temporada le veremos junto a su compatriota Jan Vesely defendiendo la camiseta de Washington Wizards. El base checo lideró a su equipo para llevarse una muy meritoria victoria del pabellón de la Fonteta. Los andaluces, que llegaron a estar en puestos de descenso, viven ahora en una plácida decimotercera posición con balance 9-14) Los de Perasovic bajan hasta la séptima posición, con una marca de 13-10, y poco margen de error si se quieren asegurar puestos de play offs. Quedarse fuera de la lucha por el título sería un fracaso, al igual que para el Unicaja de Malaga, que tenía un duelo absolutamente trascendental de cara a seguir con opciones para conseguir dicha campaña frente al Uxue Bilbao. Partido a la baja entre dos grandes de nuestro baloncesto con demasiado miedo a perder que racanearon con el espectáculo. Los bilbaínos no pudieron con la férrea defensa ordenada por Repesa, y con la inspiración triplista de Krunoslav Simon y Andy Panko, entre ambos 7 de 15 (el equipo acabó con 8 de 32 en esa estadística, de modo que el resto de jugadores del Unicaja en conjunto sumaron un nefasto 1 de 15) Vida para un equipo malagueño sostenido en la décima posición y a un partido de play offs (balance 11-12) Los de Katsikaris pierden la ocasión de asaltar la tercera plaza, y se quedan cuartos por detrás del Barcelona con registro 14-9. 


Sator saca músculo.


El mismo balance que Barcelona y Bilbao, pero en quinta posición por average, es el que luce el Herbalife Gran Canaria. Recibían en su feudo del Centro Insular a los tinerferños del CB Canarias en un derbi de las islas a priori desigual viendo el rendimiento de unos y otros esta temporada. Los de Alejandro Martínez siguen haciendo una extraordinaria temporada, teniendo en cuenta que hablamos de un conjunto recién ascendido, y dejaron buena imagen en su visita a una de las canchas más complicadas del universo ACB. Los de Las Palmas dominaron desde el principio del choque, con el excelso tirador Ryan Toolson (22 puntos para el sobrino de Danny Finge) haciendo daño desde el perímetro y Spencer Nelson dando de nuevo lecciones de baloncesto total con un lustroso doble-doble (10 puntos y 14 rebotes) Con este resultado los de Tenerife ocupan la decimocuarta posición (9-14), mientras que el Herbalife, como hemos dicho, pelea en la quinta posición con Barcelona y Bilbao (balance 14-9)

El Blusens Monbus recupera a su timonel Andrés Rodríguez (aún así sólo jugó cinco minutos, entre algodones), y quiere seguir siendo el equipo del milagro en esta temporada de la Liga Endesa. En el Fontes do Sar lograron doblegar nada menos que al Cai Zaragoza, uno de los gallitos de la temporada. Gran trabajo colectivo y una marcada superioridad en el rebote (35 a 26) fueron las armas para derrotar a un equipo maño en el que sólo Michael Roll y Pablo Aguilar dieron la cara. Robbie Hummel, olvidados sus problemas físicos, comienza a parecer el jugador que llegaba a Santiago de Compostela con aureola de estrella NCAA (parte del equipo ideal de la conferencia Big Ten en tres ocasiones, All America en otras dos, y con su camiseta retirada en Purdue… veremos si finalmente lo podremos contemplar en la NBA al lado de Ricky Rubio, ya que los Wolves tienen sus derechos vía draft), y Pavel Pumprla, pese a estar muy por debajo de jugadores como Satoransky o Vesely, es un buen exponente del actual y brillante baloncesto checo. Ambos jugadores fueron letales en el mediodía de este pasado domingo. Pese a la derrota el Cai sigue en puestos de play offs, sexta posición y balance 13-10. Los gallegos, en décima posición, y con registro 11-12, acarician tan deseados puestos. Tanto que están a tan solo una victoria de conseguirlo. Ese es el balance del octavo clasificado, 12-11 para un Estudiantes que dio un paso atrás con su derrota en el Palacio de Los Deportes frente a otro de los equipos indomables de este curso como es el Blancos de Rueda Valladolid. Salió con mal pie el equipo colegial demostrando que no iba a tener su tarde. Enfrente un equipo visitante muy seguro con, como no, Nacho Martín liderando a los suyos en los primeros compases. Pero fue Jordi Grimau quien pronto comenzaría a dar una auténtica exhibición. Los pucelanos mandaron en varias fases del partido, aunque a seis minutos del final los de Vidorreta consiguieron una de sus escasas ventajas en el marcador (62-62) A partir de ahí mucha igualdad hasta que Jordi Grimau puso la rúbrica a su partidazo con un triple ganador a 1.6 segundos del final. El hermano menor de Roger se reivindicó, y de que manera, como uno de los jugadores de la jornada, y teniendo enfrente precisamente al máximo anotador de la competición, Carl English (19 puntos, en su línea) Decimoquinta posición para los de Roberto González (9-14), que quieren seguir dando guerra y amarrar cuanto antes la permanencia. Los colegiales se siguen aferrando a las posiciones de play offs, pero cada vez con menos margen de error (octava posición, 12-11)    


Robbie Hummel asistiendo a la retirada de su camiseta en Purdue.

La salvación también es el objetivo de un Fuenlabrada que después de pasarlo rematadamente mal al comienzo de la temporada ofrece cada vez mejores sensaciones. Las contrataciones sobre la marcha de Kristaps Valters, y recientemente un jugadorazo como Rob Kurz, unidos al buen momento de un Feldeine que parece haberle cogido definitivamente el tranquillo a la máxima categoría del baloncesto español, hacen que el conjunto de Trifón Poch se parezca en muy poco a aquel con el que comenzara la temporada Porfirio Fisac. Victoria vital en una cancha nada fácil esta temporada como la del Fiatc Joventut, que pese al partidazo de Tonny Gaffney, otro de los todoterrenos de la actual ACB, sigue echando de menos a su gigante bosnio Ognjen Kuzmic. Pasito atrás de los verdinegros que aún así siguen mirando de reojo la posibilidad de colarse en play offs (decimoprimeros, 11-12), y el Fuenla que respira y toma aire sobre el descenso (decimosextos, 7-16) 

Y precisamente hemos dejado el descenso para el final, con lo que ha sido posiblemente el partido más hermoso y espectacular de la jornada. El duelo del drama, instaurado en las franquicias de San Sebastián y Manresa, dos clubes que vivieron sin duda mejores días y ahora se ven en lo más bajo de la clasificación y con cada vez mayor dificultad para salir del pozo, y eso que en el caso de los de Sito Alonso se intuye una clara mejoría en su nivel de juego… veremos si no es ya demasiado tarde. Esa mejoría en esta ocasión se tradujo en una victoria, la quinta de la temporada, y frente a su gran rival en el descenso que no es otro que el Basket Manresa. Claro que los que bajan, al final, son dos, y de nada les sirve ganar sus duelos directos si no dan alcance a Fuenlabrada y demás. El caso es que en lo que se presumía como el partido más dramático de la jornada, ambos equipos decidieron jugársela sin miedo a perder, con lo que el espectáculo salió ganando. Intercambio de canastas, ritmo alto, enorme acierto en el triple (10 de 25 los locales, 12 de 24 los manresanos), alternativas en el marcador, y un final igualado en el que el Lagun Aro dio la puntilla después de llegar a verse hasta diez abajo en el luminoso. El oficio de Doblas (enorme esfuerzo el del capitán siempre dando la cara) y el acierto de Morris Finley, auténtico revulsivo de este equipo, pudieron con las ganas de un Manresa luchador y de mérito encomiable, que recordemos ha perdido por grave lesión recientemente a Javi Rodríguez, santo y seña de este equipo, y Charles Ramsdell. Con todo esto, vía libre para Troy DeVries, por quien parece pasar todas las opciones de este equipo, y buen partido por fin de Josh Asselin. Veremos si ha sido sólo un espejismo, porque los manresanos necesitan imperiosamente que el dominicano nacido en Michigan recupere su buen nivel de la temporada pasada. La jornada deja por tanto muy tocados a los de Ponsarnau, colistas con tan sólo cuatro victorias por diecinueve derrotas. Sólo un puesto por encima el Lagun Aro con su 5-18 busca no descolgarse definitivamente y ve la salvación a dos victorias. Sea como fuere, lo que si es destacable es que los dos colistas de nuestra liga fuesen capaces el pasado sábado de ofrecernos un duelo tan extraordinario pese a la situación que están viviendo. Lejos de sentirse atenazados por el miedo al descenso y plantear un partido en términos de destrucción del juego rival por lo civil o lo penal antes que reivindicar su propio baloncesto, nos regalaron un partido que dignifica enormemente nuestra liga. Ver a los, a priori y a tenor de lo que dicta la tabla, dos equipos más débiles de nuestra liga jugar al baloncesto de esta manera, resulta tan temerario como presenciar a unos funambulistas caminar por el alambre sin una red debajo protegiendo sus cuerpos.

EL QUINTETO DE LA JORNADA: 

Tomas Satoransky (2) (Cajasol) 16 ptos, 3 rebs, 3 asists y 3 robos. 21 valoración.
Jordi Grimau  (Blancos de Rueda Valladolid) 18 ptos (7 de 9 en tiros de campo), 8 rebs y 2 asists. 28 valoración.
Nemanja Bjelica (Caja Laboral) 9 ptos, 13 rebs y 2 robos. 24 valoración.
Kim Tillie (UCAM Murcia) 24 ptos y 6 rebotes. 29 valoración.
Tony Gaffney  (2) (Fiatc Joventut) 24 ptos, 6 rebs, 3 robos y 3 tapones. 29 valoración.

ENTRENADOR: 

Aito García Reneses (2) (Cajasol)

EL QUINTETO DE LA TEMPORADA: 

Sergio Llull (17) (Real Madrid) 13.2 ptos, 3.5 asists y 1.8 rebotes p.p. 16 valoración.
Carl English (8) (Asefa Estudiantes) 19.4 ptos, 3.7 rebs y 2.2 asists. 16.3 valoración.
Nikola Mirotic (16) (Real Madrid) 13.9 ptos y 5.5 rebotes. 17.7 valoración.
Nacho Martín (Blancos de Rueda Valladolid) 14.2 ptos, 6.6 rebs y 1.6 asists. 16.4 val.
Germán Gabriel (11) (Asefa Estudiantes) 14.6 ptos, 5.6 rebs y 2 asists. 16.9 valoración. 

ENTRENADOR:  

Pablo Laso (18) (Real Madrid)