Sí amigos. Cumplimos cuatro años. En realidad los
cumplimos ayer, 7 de Junio, el mismo día que nos dejaba Drazen Petrovic, el
mismo día que nacía mi querida Sociedad Deportiva Ponferradina, que ayer se
quedó a un solo gol de jugar un histórico play off de ascenso a Primera
División. Y es que aunque este sea un blog de baloncesto, hay que reconocer que
ayer fue una apasionante jornada futbolística gracias a toda la emoción de
nuestra Segunda.
También tuvimos baloncesto del bueno, con el
Valencia rompiendo el factor cancha ante el Real Madrid en un auténtico
partidazo, y el Barcelona poniendo el 2-0 en su serie, en ambos casos
semifinales por el título ACB. En la madrugada Golden State Warriors y
Cleveland Cavaliers disputaban el segundo asalto de las finales NBA. No hemos
visto el partido ni sabemos el resultado, y de hecho ni queremos saberlo ya que
la intención es verlo esta tarde en diferido. Tendrán la correspondiente
crónica sobre el mismo.
Cuatro años de vida de un blog, no está nada mal.
Desde luego es bastante superior a la duración media de un entrenador de fútbol
para Florentino Pérez. Cuatro años que nos han dado para 600 entradas, contando
ésta. Unas 150 al año. De modo que hemos sido capaces de actualizar con un
ritmo algo superior a entrada cada dos días. No está nada mal para ser un hobby
realizado por una sola persona.
A estas alturas lo mejor que puedo decir es que El
Tirador Melancólico es el blog que a mí, particularmente como aficionado, me
gustaría leer. Nuestra relevancia es escasa, nuestro impacto nulo. Seguimos
siendo unos absolutos desconocidos para la mayoría de los aficionados. No nos
importa. No buscamos el éxito. Quizás si abordásemos la polémica, si atizásemos
a entrenadores ACB o a seleccionadores nacionales tendríamos ese referido
éxito. Pero seguimos siendo fieles a nuestra idea de que preferimos contar las
cosas buenas de los protagonistas de este deporte, por la sencilla razón de que
ya hay demasiada gente que sólo se fija en lo malo. Hay demasiada gente que
sigue sin valorar lo que supone llegar a una final, y llama perdedor a quien
únicamente le falta subir el último peldaño. Hay demasiada gente que sólo se
fija en el tiro fallado, y no en el acertado. El mismo jugador que nos levanta
del asiento, en el partido siguiente puede estar completamente desacertado. Sin
ir más lejos tenemos un ejemplo muy reciente en el partido de Sergio Rodríguez
de ayer. Pero tiene todo el derecho del mundo a fallar, máxime cuando en no
pocas ocasiones su descaro le ha dado el triunfo a su equipo.
De modo que nuestra intención es seguir contándoles
esto del baloncesto de la mejor manera posible, sin fango, sin lodo, sin ruido,
sin veneno, pero con la pasión con la que vivimos un deporte que es casi una
religión.
Gracias a todos los que se han acercado en alguna
ocasión a nuestras páginas, tanto los lectores habituales, a ellos por encima
de todo, como al esporádico que simplemente buscaba un dato en una ocasión
concreta y nuestro blog le pudo sacar de dudas.
Y como cada aniversario, una vez más, al estar
ligados de alguna manera al recuerdo de Drazen Petrovic (de un modo totalmente
casual, ya que cuando comenzamos el blog no habíamos reparado que se
conmemoraba la desaparición del genio croata), tenemos que honrar la memoria de
uno de los más grandes iconos de este deporte. Un jugador irrepetible que nos
dejó en el mejor momento de su carrera y cuando nadie podía imaginar donde
estaba su techo, una vez que había ampliado las dimensiones de su juego en el
baloncesto profesional estadounidense. Nunca le olvidaremos.
Drazen y su último maestro, el gran Chuck Daly. |
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