España sigue |
Con sufrimiento, pero estamos en octavos de final.
Primer paso dado. Toca hacer balance de una extraña primera fase en la que se
conjugan por igual las razones para el optimismo como las malas sensaciones.
Centrémonos primero en los datos objetivos. Hemos ganado tres partidos,
destrozando a Turquía (cuarto clasificado), cumpliendo el trámite ante Islandia
(último de grupo), y sufriendo en el partido decisivo frente a Alemania
(quinto, y eliminado) Un balance 3-2 que nos permite ser segundos de grupo tras
un triple empate con Turquía e Italia pero un mejor average gracias a la contundente
victoria ante los turcos. Hemos caído con cierta claridad ante Serbia
(intratable líder de grupo) e Italia (terceros de grupo, una buena plaza
teniendo en cuenta el lado del cuadro que les queda… ¿hicieron todo lo posible
por derrotar a Serbia?) Quedar segundos en el grupo más complicado del torneo
no parece tan mal resultado, incluso se diría que bueno. Caer ante Serbia e
Italia entraba dentro de lo posible, pero cuesta aceptar que los transalpinos
fueran capaces de hacernos más de 100 puntos, prácticamente con cinco jugadores
y todo desde el exterior.
Los números con los que llegamos a Lille son
igualmente extraños, porque hemos estado extraordinarios en algunos aspectos y
mediocres en otros. Parecemos el típico estudiante brillante en asignaturas de
letras pero estrepitoso en ciencias, o viceversa. Y eso es peligroso, porque un
“muy deficiente” en determinadas disciplinas puede cerrarte las puertas.
Desgraciadamente la web oficial del Eurobasket (que suele funcionar bastante
bien por otro lado) no está actualizada en el momento de escribir esto, con
varios equipos computando sólo cuatro partidos, por lo que no sabemos el ranking
en el que estamos en algunas estadísticas, pero si podemos valorar los
números.
Exuberancia ofensiva, con nada menos que 89.6 puntos
por partido (claramente líderes en este aspecto), y repartiendo 22 asistencias
en cada encuentro. Además sólo perdemos 8.8 balones por partido, por lo que el
ratio asistencias/perdidas en francamente bueno. Estos son los aspectos en los
que más destacamos, demostrando una gran fluidez en ataque. Aunque nuestros
porcentajes no son excelsos, realizamos muchos tiros a canasta (63.2 por
partido concretamente), es una excelente señal, síntoma de que estamos jugando
a un ritmo alto, posiblemente el que más conviene a nuestros jugadores. Se ha
hablado mucho sobre nuestras lagunas en el tiro exterior (en este blog sin ir
más lejos), pero echando un vistazo a las estadísticas vemos que no estamos tan
mal: 37 triples de 101 intentos, un 36.6% Para hacernos una idea, Serbia
presenta un 31.8%, con 41 aciertos de 129. Están lanzando mucho peor que
nosotros. Con tan buenos números en ataque y jugando a un ritmo tan alto, nos
está faltando mejorar en el rebote, lo cual nos permitiría más contraataque (en
el caso del defensivo) 36 rechaces por partido es una cifra mejorable, debemos
acercarnos a los 40 (los que conseguía Alemania en cada encuentro, líderes
estadísticos… y eliminados) Ojo al tiro libre, estamos en un flojo 75.8% y
perdiendo más de 6 puntos por partido desde la línea de castigo. Aunque lo que
importa es meter los decisivos, como Llull frente a Alemania. En aspectos
puramente defensivos, mucho que mejorar. Sólo 4.8 robos por partido, una cifra
muy baja para un equipo que cuenta con jugadores como Rudy Fernández o Sergio
Llull, habitualmente muy activos a la hora de presionar líneas de pase y
certeros en la recuperación. Peor incluso lo de los tapones, sólo 3.8, pero es
que además Pau Gasol coloca 2.4 gorros por encuentro… el resto apenas intimida.
En definitiva, estamos muy bien en un lado de la cancha, pero permisivos en el
otro. 82.2 puntos por partido encajados son demasiados si se sigue pensando en
medalla (aunque el aficionado realista comienza a darse cuenta de la dificultad
real de este campeonato y un quinto puesto se empieza a ver con buenos
ojos)
Tras haber visto los cinco partidos, observar las
estadísticas, y contextualizar nuestra participación en un grupo con un nivel
muy superior al de los otros tres, me cuesta encontrar la realidad de nuestras
sensaciones. Creo que precisamente la dureza del grupo permite valorar la
importancia de nuestros números, más que si hubiéramos tenido enfrente rivales
de un ranking inferior. Seguimos vivos, estamos ahí, y contamos como uno de los
7 u 8 equipos que optan a medalla y cuyas posibilidades de éxito o fracaso son
claramente difusas y vendrán definidas por muy pequeños detalles (pensemos por
ejemplo en Alemania y la bandeja fallada por Schroeder ante Italia en la última
jugada del partido o su tercer tiro libre errado cuando acariciaban la prórroga
ante nosotros)
Nos espera Polonia, un rival duro, con oficio, y al
que nos hemos enfrentado en la pasada gira de preparación (71-64 para los
nuestros) Sus números no son tan buenos como los nuestros, pero encaja sólo 70.4
puntos por partido. Su dureza queda constatada en que a pesar de que ganaron
con muchos apuros a Bosnia y a Rusia (pero sin problemas ante Finlandia en el
partido clave), Francia e Israel sufrieron para doblegarles. Su gran estrella,
qué duda cabe, es el pívot de los Washington Wizards Marcin Gortat. Este hijo y
hermano de boxeadores (su padre fue bronce olímpico en Munich 72) está
promediando 11.8 y 7.2 rebotes por encuentro. El jefe de la zona. Una buena
noticia es su inconsistencia en los tiros libres (un 61%) Los puntos en
realidad, y quizás el peligro, dado lo fácil que encajamos desde fuera, llegan
de la mano del jugador ACB Adam Wacynski. Fue una de las revelaciones de la
pasada temporada en la Liga Endesa con la camiseta del Obradoiro, y su
Eurobasket está siendo sencillamente espectacular. Es uno de los máximos
anotadores del torneo con 17.2 puntos por partido, pero atención a sus
porcentajes: 52% en triples (13 de 25) y 58.8% en tiros de dos (10 de 17) No es
habitual ver a jugadores exteriores por encima del 50% en tiros de campo. Sin
duda la gran amenaza. El base Slaughter (9.6 puntos y 4.8 asistencias por
partido) y el alero Ponitka (9.2 puntos por partido), son otros jugadores a
tener en cuenta dentro de una selección que globalmente es inferior a nosotros
en todo excepto rebote y defensa… esas dos grandes lagunas por mejorar por
nuestra parte.
Siguiendo con nuestra selección, a nivel individual
Pau Gasol está sencillamente monstruoso (21.6 puntos, 8 rebotes, 2.8
asistencias y 2.4 tapones de media), Mirotic parece ir a más (13.2 puntos y 6.2
rebotes), y el Chacho (10.4 puntos y 4 asistencias) y Llull (9.2 y 5) se
empiezan a parecer a los jugadores que llevan tres temporadas seguidas
maravillando en Europa con la camiseta del Real Madrid. Felipe sigue siendo el
arte de la productividad (9.2 puntos y 3.4 rebotes en 17.4 minutos) Ribas,
nuestro mejor tirador (brutal 11 de 18, 61.1%, en triples) y Rudy sigue
renqueante (lo mejor sus 4.2 rebotes por partido) San Emeterio aparece como
octavo hombre con 16.8 minutos por choque… y a partir de ahí nada. Hernángomez,
pese a haber jugado todos los partidos, apenas llega a 6 minutos (pero muy bien
aprovechados, 4.2 puntos por partido), y Vives, Claver y Aguilar ya es sabido
que no cuentan.
Plantilla limitada, escasas rotaciones, poca
profundidad de banquillo. Pero toda la ilusión intacta.
Y ahora a por los cruces.
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