Grupo a priori flojo para cerrar el Eurobasket, quizás el
más débil de los cuatro. Por tanto grupo ideal para que selecciones no
acostumbradas a progresar demasiado en este tipo de eventos muestren su mejor
versión ante el continente baloncestístico.
Lituania parece claramente el gran favorito para dominar el
grupo, pese a no llevar la mejor selección posible. Donatas Motiejunas,
compañero en la pintura de Dwight Howard en Houston, no ha podido recuperarse a
tiempo de su operación de hernia discal y es sin duda la baja más sensible para
el gran Jonas Kazlauskas (uno de nuestros entrenadores favoritos por su gusto
por el baloncesto de ritmo alto) Es sin duda la baja más sensible para los
actuales subcampeones, que tampoco contarán con Linas Kleiza, renunciando a la
selección para descansar, ni con los hermanos Lavrinovic. Ante este panorama
todo el peso del juego interior recaerá sobre Jonas Valanciunas, de nuevo líder
de su selección como sucediera en el pasado Mundial. Aumento de rol por tanto
para dos veteranos que ejercerán de escuderos de la estrella lituana en la
zona: Jankunas y Javtokas. Dos tipos duros. Aunque a quien esperamos ver
disfrutar de buenos minutos es a Domantas Sabonis. A sus 19 años su padre ya
había sido campeón del mundo y era uno de los jugadores más dominantes del
continente. El vástago, a quien vimos crecer en Málaga, no llega a tanto, pero
es imposible no sentir cierto estremecimiento al volver a ver el apellido
Sabonis en un Eurobasket. Otro jugador vinculado con el baloncesto malagueño,
Mindaugas Kuzminskas, deberías ocupar gran parte del minutaje alternano las
posiciones de 3 y de 4, aunque las alas pertenecen a dos exponentes de la
generación del 85, Seibutis y el madridista Maciulis (se echa de menos al
tirador clásico Jasaitis, quien ya no cuenta para la selección, y el corajudo
Pociues, también lastrado por los problemas físicos) En la dirección de juego
es donde siguen presentando más dudas (la sombra de Jasikevicius sigue siendo
alargada), con el consolidado Kalnietis al frente. Un jugador sobrio y
cumplidor y que a poco que el equipo funcione verá subir su número de
asistencias durante el torneo, pero no nos engañemos, es un base que
dificilmente entraría en los rosters de Francia, España o Serbia.
Al igual que sucede con Francia en el grupo A, el
favoritismo de Lituania parece muy evidente, y a partir de ahí se hace difícil
pronosticar, aunque creemos que la República Checa está en una magnífica
ocasión de alcanzar la segunda plaza y con ello un asequible cruce de octavos
de final para colarse por primera vez en su historia (obviando la época
checoslovaca) entre los ocho mejores del continente. Buenos puntales presenta
para ello: el 3-4-5 volador Jan Vesely, el completísimo base Tomas Satoransky,
el alero americano nacionalizado Blake Schiib, o la eterna promesa David
Jelinek. Un buen cuarteto respaldado por jugadores como el ACB Pumprla, o los
veteranos mitos checos Barton y Welsch. Para ser segundos en este grupo tan
poco exigente, les puede valer, aunque personalmente me sorprende que hayan
cortado para el roster definitivo a su gran torre, el joven pívot Ondrej
Balvin.
Vesely pone el espectáculo en Chequia |
Se prevé tanta igualdad por debajo de Lituania, que tanto
Bélgica como Ucrania como Letonia pueden amenazar las intenciones checas de
acabar segundos, mientras que Estonia apunta a cenicienta del grupo, y quizás
de todo el torneo (sinceramente, que ganen un solo partido, sería una sorpresa)
Difícil papeleta para el mítico ex -base de la URSS Tiit Sokk, encargado del
banquillo estonio, y quien por cierto dirigirá a sus dos hijos Sten y Tanel,
ambos directores de juego como fuera su padre. En la preparación el ala-pívot
Siim-Sander Vene ha demostrado facilidad anotadora, aunque su gran referencia
es Kristjan Kangur, quien lleva siete años consecutivos siendo elegido el mejor
jugador de baloncesto de su país.
Complicado establecer un ranking entre Bélgica, Ucrania y
Letonia, y apostar por cuál de estas tres selecciones se quedará fuera, aunque
apostaríamos por los belgas pasando de fase. Los “lions” tienen a su favor la
baza de la continuidad de su proyecto, con un seleccionador que lleva casi una
década en el cargo y una serie de jugadores que ya han vestido la camiseta
nacional las suficientes veces como para conformar un bloque consolidado. Su
tripleta clave es bien conocida por el aficionado: Van Rossom-Lojeski-Hervelle.
El primero tan buen director de juego como tirador, el segundo una metralleta,
y el tercero un fajador incansable dotado también de una nada desdeñable muñeca
en la media y larga distancia. También conocemos a Jonathan Tabu, ya con
experiencia ACB tras su paso por Zaragoza y actualmente en Fuenlabrada. Además
se trata de una selección muy física, con muchos jugadores de ascendencia
africana. En la preparación se han mostrado muy correosos, siendo capaces de
ganar a Grecia y poner contra las cuerdas a España o Francia. Y ojo, ningún
equipo les ha logrado anotar más de 75 puntos. Sin alardes, pero deberían pasar
a octavos.
Mucha igualdad entre Ucrania y Letonia. La selección del
país que vive en conflicto desde la primavera del pasado año (motivo por el
cual se le ha denegado la organización del campeonato, tal y como era previsto
en un principio) parece algo inferior a la letona, que por otro lado está más
verde en torneos de máxima competición. Hay que recordar que de la mano de Mike
Fratello los ucranianos llegaron a ser sextos en el pasado Eurobasket y
disputar el Mundial de España. Todo un éxito. Pero ya no está Fratello (le
sustituye Eugeny Murzin), ni tampoco Pooh Jeterh, ni Gladyr, ni Lischuk, ni
Pecherov, ni Len, ni Kravtsov. Se encomiendan al ex –NBA Kyrylo Fesenko, rostro
más reconocible de su roster. El nacionalizado de turno es Jerome Randle, base “jugón”
al que se le caen los puntos de las manos (al menos en la liga turca), y
seguirán esperando la explosión de Mishula. Pueden colarse cuartos muy justitos,
salvo que los letones, anfitriones del grupo, den su mejor versión. Claro que la selección de Bagatskis
sufrió un duro revés con la renuncia de su gran estrella Kristaps Porzingis,
centrado en prepararse para su inminente carrera NBA. Tampoco estará Davis
Bertans, recuperándose de su lesión de ligamento cruzado. Baja importante
después de ver sus magníficas evoluciones con el Baskonia la pasada temporada.
Sí estará su hermano Dairis, quien tampoco lo ha hecho mal en Bilbao y será uno
de los hombres claves junto al ya clásico Kaspars Berzins, viejo conocido de la
afición española (Fuenlabrada, Málaga, Cáceres o Santiago de Compostela han
disfrutado de su talento) El espigado pívot es otro de los jugadores llamado a
hacer buenos números en este campeonato y rozar los dobles-dobles con cierta
facilidad. Un seguro de vida en un juego interior un tanto endeble. Es por
fuera donde los letones pueden dar mayores disgustos, con (aparte del citado
Dairis Bertans, quien en sus dos temporadas ACB ha rozado el 40% en triples)
con el sempiterno Janis Blums, el especialista Karlis, o la buena mano de
Laksa. Al mando de las operaciones Janis Strelnieks, otro jugador con facilidad
insultante en el triple, y que también deberá repartir juego. Y recordemos que juegan en casa.
Dairis Bertans, abanderado letón en el grupo de Riga |
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